Ante la indiscreta cámara
de estrafalarios turistas
uno a uno se suceden
rostros ajados, miradas hundidas…
y entre tantas -como al pasar-
perdida, alguna sonrisa.
Exóticos y atractivos atuendos,
harapos, de abalorios coloridos.
Fondo verde, naturaleza con vida,
sencillez que se sentía perdida,
alguna casucha mustia…
mucho barro, flores en perspectiva.
Captadas con estética argucia
las miserias se vuelven delicias:
el turista se ufana orgulloso,
escapando raudo de sus rutinas
mientras tanto, sin entenderlos
los pobres, sobreviven otro día.
Dos mundos de claros contrastes
se observan, breves, por un segundo:
sorpresa, ante extraños mirones,
-no comprenden sus pretensiones-
euforia, con inciertos matices…
-se les confunden las reflexiones-
No escucha -quien busca distracciones-
la verdad que grita el excluido
sólo compra en porciones asequibles
-tras un cristal y en cuotas cómodas -
la apariencia -de lo que es penuria-
y se vende en frasco pintoresco.
Ignora el extraño que se asoma
-sin sentir las carencias del que observa-
en su afán de emociones recortadas
colectando "souvenires" variopintos
que no es justo un mundo que no incluye
ni es ajeno el hermano que se ignora.
Este jueves convoca y conduce Gastón
Hola!!!
ResponderEliminarCuando con mi cámara me siento turista, me voy vacía del lugar…..pero cuando con mi cámara me involucro, empiezo a formar parte de las cosas y de las Personas Comunes y hablo y me intereso, salgo del lugar más rica en mi interior...
Buena reflexión, buena semana y un abrazo de oso.
Luego te leo y comento. TE queria decir que ayer te mandé la foto y hoy me ha sido devuelta.Lo vuelvo a intentar?
ResponderEliminarQué poco se conoce la justicia en el mundo...
ResponderEliminarNunca es ajeno, que los excluídos nos incluyen a todos.
ResponderEliminarLa reflexiòn es fuerte. El mundo,tal como està no es ni serà justo.
ResponderEliminarY eso nos incluye.
Que hacer al respecto?
Un abrazo.
Hay que saber mirar, si no no se ve. La empatía con la gente necesitada es algo que, en cualquier circunstancia, hay que perseguir. No nos olvidemos de los excluidos.
ResponderEliminarBesos
Salud y República
la uniformidad es la armadura de los mediocres. Sentirse fuera de los apestados, de los inferiores en su esquema mental, les hace sentirse seguros.
ResponderEliminarParadoja de la vida resulta que, aquel que de turista se lleva la imagen del excluido, sea quien, en alguna medida, contribuye a desnudar y divulgar las injusticias sociales.
ResponderEliminarConfieso que cuando es por pura estetica, me produce mucha verguenza enfocar mi camara.
Hay extensas expresiones culturales que hablan de la imagen propia como de un bien inviolable.
En fin, para ser concreto, que no es la fotografia, ni aun la actitud lo que me indigna, sino la inaccion que le sucede y eterniza la marginacion.
Y en esto, la fotografia potencia la responsabilidad, ya que no podemos aducir desconocimiento.
Me fui de mambo, Sorry.
Feliz finde!! =D
Todos sabemos lo que está ocurriendo a nuestro alrededor sin que para ello alguien nos lo tenga que mostrar a través del objetivo de su cámara. Y eso es lo peor, que todos lo sabemos y miramos a otro lado. Un beso.
ResponderEliminarLeyendo esto recordé una vieja anécdota de una conocida alemana que se pasó un día entero en villa La Lata sacando fotos. Parecía como que a mas miseria, mas encantada estaba, para ella era algo novedoso. No creo que lo hiciera con maldad, era una mezcla de ignorancia e inmadurez supongo (en ese momento éramos muy jóvenes).
ResponderEliminarHay fotógrafos que hacen hablar a la lente, son fotos testimoniales, no me parece mal ... no sé que sentirán los fotografiados. No todos tienen la sensibilidad y la delicadeza necesarias para captar esas imágenes. Casi que sería mejor guardar ese paisaje miserable en la memoria y reflexionar al respecto, e involucrarse como dijo alguien mas arriba.
Querida vecina, tengo una mezcla de ocupación y vagancia, pero voy siguiendo a los amigos. Pronto le estoy enviando la foto para la tarjeta virtual.
Un beso grandote
Hola...ola nocturna ...
ResponderEliminarAcabo de leer el de Pepe, allí dejé mi comentario extenso sobre este tema. Tu exposición me parece soberbia en cuanto a claridad de su forma de estar en su situación. El fotógrafo toma una instantánea de un trozo de realidad. El turista..no imagino a un turista fotografiando la pobreza, la misera, la verguenza de nuestras sociedades. Digo verguenza, no por ellos por supuesto si no porque a esas personas también los ha creado nuestra sociedad y no otra, y no consigue mejorar los suficiente como para que nadie tenga que vivir de esa forma.
Un beso, del Aire
Involucrarse más ,no de palabras,sino de actos...me llegó muy dentro,Moni.
ResponderEliminarGrandes verdades.
Besos enormes.
Parapetados cómodamente detrás de la cámara el turisteo chafardea las vidas "pintorescas", bonito álbum de fotos le quedará, un vídeo para enseñarlo a los amigos.
ResponderEliminar!Cuanta indiferencia! ceguera, arrogancia, indiferencia.
Una reflexión intensa, muy creativa e incisiva, en tu línea, amiga Mónica.
Besitos muchos.
Hay algunos que han ganado el famoso premio Pulitzer, en la categoría de periodismo, a la fotografía que mejor ha representado la miseria, el terror, la soledad o la angustia. Me gustaría saber si después repartieron el sustancioso premio como debieron.
ResponderEliminarEl primer premio de fotografía fue la instantánea de unos policías golpeando a unos trabajadores en huelga de la Ford:
http://buscandounasalida.wordpress.com/2010/06/02/pulitzer-de-fotografia-1942/
Ya, ya sé que hablamos de turistas zopencos, por decirlo bonito, pero se me ha escapado...
Un abrazo, compi.
Como siempre, Mónica, pones el dedo en la llaga. Encontramos tipismo, curiosidad, exotismo donde sólo hay miseria, exclusión social, abandono, marginación. Debería abofetearnos el rostro su contemplación, pero sólo captamos la instantánea... y seguimos nuestro camino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Acabo de leer un escrito que se llama, Los excluidos son invisibles, y me quedo con una frase que dice, quizás el excluido no existe, y solo existimos los excluyentes.
ResponderEliminarMuy bueno tu relato
Un beso
Lola
Vemos lo que queremos ver Neo, lo que no hace daño y si encontramos otras imagenes menos agradables capturamos solo lo que menos puede afear esa mágnifica fotografia , todo arte, y detrás la miseria. Todos formamos parte de este mundo, cada cual puede hacer algo, aunque sea pequeño para intentar no girar la mirada.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Ay Mónica! la verdad es que es un tema que me genera sensaciones encontradas. POr una parte coincido en que es terrible la indiferencia y la indolencia, pero tambien coincido con Any en un punto, sobre alguna gente que pretende acercarce y tener una experiencia mas aproximada con la gente, o por lo menos lo que ellos suponen aproximada y genuina, y eso no me parece mal, lo que pasa que normalmente lo que se obtiene a cambio es algo armado por intermediario y genuino breve y a medias (lo genuino necesita mas tiempo), pero ya es mejor que otras experiencias nefestas como el turismo sexual, el sacar provecho de la miseria.
ResponderEliminarAca los turistas pagan para ir a las villas a comer asado. Hace un tiempo vi por la tele a unos gringos que estaban sentados a una mesa improvisada sobre la tierra abajo de un árbol mientras uno en cueros le hacia unos chorizos en una parrillita, que se yó! si todos sacan algo al final del dia...es para pensar no?
Excelente por demás tus palabras, tu prosa entera, emociona.
Ya te mandaré fotito yo también, besote grande
Tu relato me hizo recordar unas alegaciones que se presentaron contra el plan de regadío de la comarca de los Monegros, en Aragón, el plan Monegros 2.
ResponderEliminarAquella es una región semidesértica al este de Zaragoza y las protestas hablaban de que se perderia "un modo de vida".
Querían que los hombres adustos siguieran arando duras tierras a cambio de minimas cosechas, que las mujeres buscaran el agua para beber y lavar en fuentes publicas.
Me pareció un desprecio brutal, como si esos turistas quisieran perpetuar la miseria de esos a quienes fotografiaban.
Buen poema, Neo. Besos.
Tengo un conocido que este verano pasado, estuvo de vacaciones en la India, me sorprendió algo que dijo viendo su reportaje fotográfico, fue como algo así: ”… no creo que ellos, sean consiente de la miseria, la suciedad y de la exclusión social en la que viven, pues es solo lo que conocen”.
ResponderEliminarBien dicho poetisa.
Besos incluidos
Nadie que haya visto esos ojos y conserve un cachito aunque sea mínimo de alma, creo haya podido haber hecho click, el único click se siente dentro porque sabes que no es justo,no sé si en el libro primigenio se suponía así, que ni tú ni ellos elegimos el bando donde nos toca estar, que el mismo cielo que unos protege a otros desampara... en fín,que duele.
ResponderEliminarUn beso NeO, siempre : )
Me dejaste sin palabras!!! Hiciste de la realidad (que es muy triste y dura) un poema maravilloso.
ResponderEliminarHay que dejar de mirar a los excluídos como algo para decorar o mostrar, hay que empezar a actuar. Ojalá podamos hacerlo. Un beso
Por mucho que queramos pasar desapercibidos como turistas, las poses nos delatan. Sólo en un sitio me he sentido integrado como lugareño sin serlo, en NYC, pero es que me temo que nadie es de alli y que cualquier ciudadano del mundo te mira como si fueras un igual.
ResponderEliminarLos excluidos nos miraran siempre de forma distinta, seamos o no turistas, nos mirarán con cara de que culpa tienen ellos de ser ellos los que están en esa lado de la mirada y para eso no hace falta viajar, los tenemos aquí al lado, en el próximo contenedor de comida caducada que saquen del gran almacén X o en la del chatarrero que pasa con su carro buscando cartones.
Abrazos.