Se va enredando, enredando, en el murito la hiedra, y va brotando, brotando...como el musguito en la piedra. hay que estar por lo que importa, dulce Mónica.
Hermosas palabras neo!!!! Aunque esté un poco perdida en los jueves, siempre los tengo presente, en el verano vuelvo a mi casa de neco donde tengo internet para poder leerlos tranquilos y participar de los jueves!!!! :0) Besos!!!!
Hola Mónica, No sé si es porque, a veces, lo humano aspira a ser divino.. o porque, a veces, lo divino consigue humanizarse.. Lo cierto es que, a veces, lo divino y lo humano, parece que se pusieran de acuerdo.. para caminar, al menos un trecho, juntos y de la mano..
Un abrazo PD: reiterandote ánimos para el collage fotográfico.. ya te va quedando menos, che.. (sshh.. procurá ponerme bien atrás del todo, si no se me ve, no te preocupés, ¿si?.. :))
Ya hace tiempo que decidí escuchar a la naturaleza. Cuando has pasado el ecuador de la vida tiendes a pararte más en las pequeñas cosas, caminas más despacio y ves mejor cuanto te rodea. Disfruto viendo crecer la hierba. Un beso.
mi madre me repetía que para vivir, tenía que quitarme el lazo que cubría mis ojos, nunca entendí el por qué, si nunca había llevado ningun lazo, pero con el tiempo entendí que estaba ciego, que la vida es tan diferente cuando uno abre los ojos hacia el ocaso
Lo tenemos complicado saber separar lo que es esencia de lo anecdótico. Todo lo que nos rodea conduce a la confusión de valores. Nuestro esfuerzo habrá de ser mayor. Un beso
Cuando el día es soleado y primaveral u otoñal, me gustaría poner la oreja pegada a la hierba. El cuerpo sobre una manta, debajo de un árbol y cerrar los ojos esperando oír cómo crece... cris, cris, cris...
Se me pasó este bello poema, vaya !! A ver si me devuelven mi portátil del ordenatólogo.. Me viene a la imagen una situación que no he vivido, la de estar en medio d ela vorágine de la vida, con su stress, con su ruido, malestares varios...y parar un momento, tirarse en la hierba un instante con el oído pegado a la tierra...para escuchar su crecimiento y acompasar nuestro ritmo al suyo. Precioso Un beso, del Aire
lo de cerrar los oídos no lo tenemos muy controlado, pero cualquier método sería bueno supongo, qué tal descalzarse sobre esa misma hierba? ainss pero que mal leemos los libros de instrucciones... Un besote
También deseo mirar hacia el sol y acostarme en la tierra.
Querer creer querer.
Pensar que las hormiguitas son mis amigas.
Estirarme al borde de la piscina sin caer al agua, a medianoche, un poco antes de que me crezcan los colmillos, y ver los dibujos que forman las estrellas.
Llegar al extremo de mi espigón favorito, en mi playa favorita, donde un día quiero que revoloteen mis cenizas, abrir los brazos y gritar soy el rey del mundo.
Esto casi se me ha olvidado. Más bien no tengo tiempo. Sólo tengo tiempo de vivir, que cuesta mucho trabajo, de compartir algunas de las cosas que hago, de esperar que los que están a mi lado sean muy muy felices.
Y de leer cosas cosas tan bonitas como las que dejan por aquí mis amigos inmortales.
Nunca tenemos tiempo para lo esencial.
ResponderEliminarSe va enredando, enredando, en el murito la hiedra, y va brotando, brotando...como el musguito en la piedra.
ResponderEliminarhay que estar por lo que importa, dulce Mónica.
Fundamental que en nuestro escaso tiempo sepamos separar el grano de la paja y vivier intensamente.
ResponderEliminarSalud y República
Confío, que en algún momento algo nos indica poder separar y ver...pero también es bueno que exista esa unión para poder apreciar mas lo importante...
ResponderEliminarUn abrazo!!!
Siempre es interesante organizar nuestra vida.
ResponderEliminarfeliz semana.
muchas cosas pequeñas son más importantes aunque pasen desapercibidas en esta sigloveintiuneidad que nos dispersa...
ResponderEliminarHermosas palabras neo!!!! Aunque esté un poco perdida en los jueves, siempre los tengo presente, en el verano vuelvo a mi casa de neco donde tengo internet para poder leerlos tranquilos y participar de los jueves!!!! :0) Besos!!!!
ResponderEliminarLo esencial.
ResponderEliminarSeparar lo esencial de lo inùtil.
Bien escrito.
Un abrazo.
Hola Mónica,
ResponderEliminarNo sé si es porque, a veces, lo humano aspira a ser divino.. o porque, a veces, lo divino consigue humanizarse.. Lo cierto es que, a veces, lo divino y lo humano, parece que se pusieran de acuerdo.. para caminar, al menos un trecho, juntos y de la mano..
Un abrazo
PD: reiterandote ánimos para el collage fotográfico.. ya te va quedando menos, che.. (sshh.. procurá ponerme bien atrás del todo, si no se me ve, no te preocupés, ¿si?.. :))
Ya hace tiempo que decidí escuchar a la naturaleza. Cuando has pasado el ecuador de la vida tiendes a pararte más en las pequeñas cosas, caminas más despacio y ves mejor cuanto te rodea. Disfruto viendo crecer la hierba. Un beso.
ResponderEliminarmi madre me repetía que para vivir, tenía que quitarme el lazo que cubría mis ojos, nunca entendí el por qué, si nunca había llevado ningun lazo, pero con el tiempo entendí que estaba ciego, que la vida es tan diferente cuando uno abre los ojos hacia el ocaso
ResponderEliminarBuena propuesta, escuchar crecer la hierba, hacerse uno con la naturaleza. Y bien lo expresas, con ese brillante final.
ResponderEliminarBesos.
Lo tenemos complicado saber separar lo que es esencia de lo anecdótico. Todo lo que nos rodea conduce a la confusión de valores. Nuestro esfuerzo habrá de ser mayor.
ResponderEliminarUn beso
Cuando el día es soleado y primaveral u otoñal, me gustaría poner la oreja pegada a la hierba. El cuerpo sobre una manta, debajo de un árbol y cerrar los ojos esperando oír cómo crece... cris, cris, cris...
ResponderEliminarBesito silencioso para poder escuchar.
Oir crecer la yerba y sobre todo no mancillarla. Dejar crecer lo natural y no destruirlo.
ResponderEliminarhay que prestar atención y tiempo a las cosas: sentémonos a ver crecer la hierba
ResponderEliminarBesos.
Se me pasó este bello poema, vaya !! A ver si me devuelven mi portátil del ordenatólogo..
ResponderEliminarMe viene a la imagen una situación que no he vivido, la de estar en medio d ela vorágine de la vida, con su stress, con su ruido, malestares varios...y parar un momento, tirarse en la hierba un instante con el oído pegado a la tierra...para escuchar su crecimiento y acompasar nuestro ritmo al suyo.
Precioso
Un beso, del Aire
lo de cerrar los oídos no lo tenemos muy controlado, pero cualquier método sería bueno supongo, qué tal descalzarse sobre esa misma hierba? ainss pero que mal leemos los libros de instrucciones... Un besote
ResponderEliminar¡Sí, deseo oir crecer la hierba!
ResponderEliminarTambién deseo mirar hacia el sol y acostarme en la tierra.
Querer creer querer.
Pensar que las hormiguitas son mis amigas.
Estirarme al borde de la piscina sin caer al agua, a medianoche, un poco antes de que me crezcan los colmillos, y ver los dibujos que forman las estrellas.
Llegar al extremo de mi espigón favorito, en mi playa favorita, donde un día quiero que revoloteen mis cenizas, abrir los brazos y gritar soy el rey del mundo.
Esto casi se me ha olvidado. Más bien no tengo tiempo. Sólo tengo tiempo de vivir, que cuesta mucho trabajo, de compartir algunas de las cosas que hago, de esperar que los que están a mi lado sean muy muy felices.
Y de leer cosas cosas tan bonitas como las que dejan por aquí mis amigos inmortales.
Un beso.