Aquí, observando pasar el mundo desde afuera
siento que abordo las horas desde un mundo paralelo.
No son ellas las que ahondan mis silencios
es más bien el alma que queda muda cuando espera
que deje de ser el dolor quien marque el paso del tiempo.
Y aquí, en esta cárcel de prejuicios que me alzas
siento que poco a poco, sin que nadie así lo advierta
van naciendo alas de los que eran apenas juramentos.
Con ellas, hacia la libertad de un tiempo que no hiera,
dejaré atrás el castigo, rompiendo las rejas de mi mente
y pronto, alcanzaré pacífico amotinamiento:
en su carne sentirá el custodio
que la peor prisión es la que él lleva siempre por dentro.
Sí, las peores prisiones son siempre las propias interiores
ResponderEliminarQuerida Neo, paso por tu casa, después de días de ausencia de visitar amigos, y encuentro que esta reflexión sobre las reflexiones de un loco, tiene más de las reflexiones mias que según dicen estoy cuerda.
ResponderEliminarEstoy contigo y Mª Jesús, no hay prisión peor que la nosotros mismos nos creamos.
Petonets y se agradece la compañia, la tuya es genial.
Hola, ola de mar...
ResponderEliminarBuf..a mi me has desempolvado algunos recuerdos, malos , pero no por eso negativo. Esta reflexión poema me ha gustado mucho Neo. Hagamos que crezcan las alas dentro de nosotras....como dices, a la que nos descuidamos, nos encerramos nosotras mismas.
Un beso, del Aire
Esos prejuicios, esas barreras que construimos para otros y para nosotros mismos no dejan ver el camino. Un punto de reflexión Neo.
ResponderEliminarUn beso.
¡Hola, Mónica!
ResponderEliminarDices bien: la peor prisión es la que nos construimos nosotros mismos, sobre todo si los materiales son los prejuicios y el dolor. Muy difícil escapar, pero no imposible: la mente que ha creado esos barrotes, tiene el poder para crear la puerta de salida (eso quiero creer).
Gracias por tu visita, nos seguimos viendo.
Un beso y feliz fin de semana ;-)
Yo también creo que la peor prisión está adentro. Tal vez porque nunca estuve en la de afuera.
ResponderEliminarBesos.
Es necesario, cuando nos encontramos inmersos en otra realidad, que nazcan alas para que nos ayuden a volver. Mortificarse es inútil, hay que salir.
ResponderEliminarSalud y República
Un placer pasar por tu casa,
ResponderEliminardisculpa la ausencia,
que disfrutes estas fiestas.
un abrazo
Si todos somo uns locos, donde quedan los cuerdos?
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
Esa presión como la procesión que se lleva por dentro. A veces somos nuestros peores enemigos y ni siquiera nos damos cuenta de ello. Despertar, tal vez, cosa del destino...Estoy en proceso de averiguación.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo,
Andri
Quería decir prisión, pero salió presión, disculpa el error.
ResponderEliminary quién no ha estado loco? pasar ese estado del alma nos premia con la fortaleza de haber derrotado nuestro peor enemigo
ResponderEliminarDificil entrar a comprender los mundos paralelos de una mente.
ResponderEliminarUn beso
Exactamente, no hay peor cárcel que aquella que nos imponemos nosotros mismos.
ResponderEliminarSeñor, tango mucho miedo.
ResponderEliminarAhora mismo, ¿estás aquí?
Nuestros propios y limitantes barrotes, no hace falta estar loco pues locos estamos todos -por fortuna-, ¿quién quiere estar cuerdo atado con camisas de fuerza sociales que nos aprietan hasta la imaginación?
ResponderEliminarRompamos los barrotes, abramos las barreras y salgamos, desplegando las alas, a una nueva realidad.
ResponderEliminarLo peor es no ser dueño de uno mismo y de lo que nos queda dentro....
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