NO HACEN FALTA PRÍNCIPES Al despertar en la sacristía reconoció a su madre que respiraba aliviada. Su padre en cambio, parecía contener su disgusto a fuerza de aparentar comprensión por lo que sin duda era un vergonzoso episodio de muchachita malcriada. Su futuro esposo no lograba, ocultar su malhumor al ver que la cuidada ceremonia se había interrumpido por el inoportuno desmayo de una novia por demás emotiva. Sin duda pensaba que no era eso lo deseable. Lo incomodaba sobremanera que algo así hubiese pasado precisamente delante de su exitoso primo recién llegado de América, quien había aceptado ser testigo de su casamiento. Un vergonzoso episodio que en nada contribuía a la imagen mundana y cosmopolita que su propio prestigio requería. Así y todo, aparentaba disimular su disgusto para no alterar más el curso de las cosas. Ya llegaría el momento para poner en su lugar a esa muchachita pueblerina que poco y nada sabía de lo que significa el papel social de esposa respetable y contenida. Ella, en cambio, buscaba alejar la preocupación por esas cosas. Ahora tenía inquietud para hallar entre la multitud de caras que la rodeaban el rostro recién hallado de su soñado rescatador de angustias y desvelos. Y allí estaba, contemplándola, como quien intenta en vano disimular sus profundos deseos de fundirse con ella en un abrazo. Sus miradas se cruzaron, esta vez con mucho menos pudores. Ella buscaba hallar en sus gestos algún resquicio del comportamiento de aquellos héroes de las novelas que solía devorar a escondidas. Intentaba clarificar su pensamiento de una vez por todas. No quería lastimar a nadie. No era esa su intención, pero tampoco podía aceptar tan mansamente la certeza de adentrarse en un destino que nada tenía que ver con lo que deseaba. Buscó sin éxito hallarse a solas con su madre. Por un momento tuvo la ilusión que quizás ella la comprendiera y la ampararía en esa decisión trascendente que acababa de tomar. Necesitaba su apoyo. Temía lanzarse así al vacío sin el respaldo de sus padres. Enseguida comprendió que eso no sería posible. Enfrentar la vergüenza de suspender una boda acordada con tanta formalidad en el mismo momento en que los novios se hallaban frente al altar era algo imposible que sea aceptado por gente tan conservadora como ellos. Mucho menos si se llegaba a sospechar que el causante de que la novia deshiciera el compromiso fuera el propio testigo!...alguien hasta ese momento desconocido y que en realidad no le había manifestado ningún interés más especial que unas cuantas miradas. Arriesgar su honra, su futuro, el proyecto de vida que habían acordado sus padres era poco menos que un suicidio y su fortaleza nunca había sido algo digno de destacar. Más bien todo lo contrario. Todo su ser temblaba pensando que quizás se engañaba. Tal vez el hecho de hallarse allí, definitivamente frente al altar, había conseguido alterarla de tal manera que su razón buscó cualquier excusa para no terminar de dar ese paso trascendental. Era muy probable que sus ensoñaciones de niña le tendieran una trampa haciéndola imaginar cosas que en realidad no existían. Qué pruebas le había dado el extraño de que en realidad se había enamorado de ella a simple vista, como ella creía estarlo, a la usanza de las heroínas de sus fantasías? Ninguna. Esa era la verdad. Todo lo que creyó ver sin duda existía sólo en su cabeza y dejarse atrapar por esos engaños era igual que arrojarse a un precipicio…pero lo que sí había comprendido de repente, quizás con la excusa que aquella mirada que creyó especial le había brindado, era que no quería casarse. No así. No sin sentirse enamorada, sin la más mínima ilusión por la vida que otros habían decidido por ella. Vislumbró, quizás en el momento menos conveniente pero, por fortuna no demasiado tarde, que merecía mucho más que ser sólo lo que se pretendía de ella: una mujer sumisa y correcta. Buscando entre la multitud los ojos de quien quizás sintiera algo especial por ella, le envió un último y decidido mensaje: ella le abría las puertas…solamente eso. Animarse a cruzar ese umbral y arriesgarse a enfrentarse no sólo al qué dirán sino a un eventual fracaso, debería ser su desafío. No habría final feliz asegurado. No por ahora, ni con la magia que se dan en las novelas rosa. El amor y la felicidad habría que ir construyéndolos y eso implicaba riesgos. Si él estaba dispuesto a intentarlo debía exponerse y decidirse. Ella lo haría. No por él, sino por ella misma. Para ser libre, para parase frente a la vida con la frente alta y orgullosa, no necesitaba de un príncipe que la rescatara y protegiera entre sus brazos. Decidida y recuperada ya del desmayo, sintiendo que la sangre bullía en sus mejillas, pidió disculpas a sus padres, al que estuvo a punto de ser su esposo, al sacerdote, al resto de quienes la rodeaban y quitándose el velo y el ramo de azahares que llevaba, los dejó sin decir más palabras en una silla de la sacristía. Ante la sorpresa de todos y la indignación de algunos, la que ya no era novia se alejó de la capilla sin mirar hacia atrás. Si entre quienes la observaban, había un corazón apasionado que quisiera arriesgarse a descubrir el amor con ella, sin duda, la seguiría…
(Nota: les recuerdo a todos que el juego consiste en optar por uno de los tres finales agregando una breve justificación. Muchísimas gracias por participar!)
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Neo, me inclino ante tí. Después de tres capítulos repidiendo la misma situación...añades, en cada uno, un desenlace distinto. Nos has atrapado !salves! En eso consiste mantener el interés y la curiosidad.
ResponderEliminarVeía venir una salida atrevida, por eso callé.
He aquí mi decisión:
Si fuera tendente a asimilar época con reacciones humanas en su contexto, la primera, mal me pese, sería la lógica elección a princípios del XX y en Sicilia y, en novela de costumbres, inapelable.
Si fuera proclive a lo romántico, la segunda, !qué final feliz! Chico, chica, bellos, triunfantes,
!viva el amor! pero...no cuela ni soy dada a los tópicos.
Sábiamente nos dejas el final más arriesgado, casi imposible, pero valiente. El de la decisión por la vida libre de un niña educada a base de lo contrario. Lo admito, chirria ese valor contra el mundo, pero lo asumo como hermoso. Tampòco será ella, la única mujer a lo largo de los siglos, en decidir, cueste lo que cueste, sobre su destino, existen múltiples y muuuuy antíguos ejemplos. Así se crea una persona libre. Nada fàcil su elección, nada es fácil, ni entonces ni ahora (me he puesto a pontificar !perdón!)
LA TERCERA, SIN LUGAR A DUDAS Y QUE NO DECAIGA, SIN AMÉN al final.
P.D: Los príncipes azules existen en los cuentos, pero existen de todo tipo, si se buscan con esfuerzo y fatigas. Creo en ellos.
Felicitaciones Neo, eres un motor que mueve sueños, bsito cariñoso, natalí.
Neo, sabes como soy, sabes que escogeré la dos.
ResponderEliminarEn mi vida me hubiera encantado que pasara la dos aunque es muy cierto que la acertada es la tres, pero no soy valiente y escogi la uno.
Como siempre he esperado a que acabaras la historia, felicitarte por ella ypor la entrada de explosión de colore, que fotos más bonitas.
Un honor como siempre visitarte amiga, sé que tú eres la tres.
Un petó.
Lo has puesto bastante difícil, pero un final tipo "el que me quiera que me siga" creo que me gusta más, no creo que en mi caso sea cuestión de romanticismo o no, lo veo más como una expresión de no negarte como individuo sólo por el hecho de querer atarte a alguien, ya se que es un difícil equilibrio el de dar y recibir y seguramente yo nunca sería tan valiente como para dar un paso así, me temo que ningún hombre lo haría, nuestra capacidad de "mearnos" en los pantalones en situaciones de este tipo es directamente proporcional a lo machitos que nos consideremos (las mujeres en cambio sois más valientes en esto casos y os admiro por ello), bueno que me pierdo.
ResponderEliminarMe gusta también porque tengo cierta debilidad por las mujeres que trazan su porpio destino sin dejarse atar y quizás en este final se aprecia mejor.
Y ya está y que un besote y feliz semana.
Bueno como soy novelera me quedaría con el segundo, pero es demasiado jajajaja.
ResponderEliminarMe quedo con el tercero entonces, no sé si resultará la historia con el primo pero al menos la chica está dispuesta a salir en busca de su destino y no dejar que nadie le imponga nada.
Abrazos de domingo con frío vecina, recién vuelvo de votar.
Querida Mónica, no he querido comentar nada hasta tener completo el "tri-relato".
ResponderEliminarSi me pides que eliga uno, te diría, literarimente me gusta más el primero, el segundo es irreal y el tercero se nota que lo has hecho a tu medida.
Si lo que me pides es que elija entre tres formas de vivir la vida, que eso es en definitivo la moraleja de este relato, el más sensato y el que más real me parece es el tercero. Aunque me temo que en la realidad se daría más que ninguno el primero.
Como siempre muy bien escrito con un ritmo preciso y que contagia.
Un beso.
Salud y República
Una buenisima novela llena de detalles ...
ResponderEliminarMe quedo con la 3 porque ahí existe libertad.
Un abrazo.
Sill
Yo me quedo con este:
ResponderEliminar"Ante la sorpresa de todos y la indignación de algunos, la que ya no era novia se alejó de la capilla sin mirar hacia atrás."
Creo que es mucho más real. Ella se ha hecho una ilusión, pero no está segura de que sea real, así que decide irse ante las dudas.
Quizás en un futuro se encuentre con su posible amor.
Saludos
A ver si puedo leeerlos todos para ver cual me gusta más. Este por ahora me gusta, un pretendido amor solo como excusa para darse cuenta de que lo que desea de verdad no es amar, o no solo amar, si no vivir y vivir por si misma.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Neo.
ResponderEliminarLa verdad me gustan los tres, pero me quedaría con este por la razón de que me ha llegado a dentro, atravesando mi alma y de pronto mi corazón.
Miles de besoss y abrazos, querida Neo.
Sara
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ResponderEliminarHola Neo
ResponderEliminarDescarté el primero, esperé en el segundo y me quedo con el tercero.
Teniendo en cuenta la época en la que se desarrolla el relato el final más real sería el primero, aunque luego tuviese como amante al primo del marido.
El segundo me parece demasiado impulsivo y romático, de película.
El tercero encuentro que es el perfecto, no acepta las imposiciones y sigue a su corazón, pero con calma.
Un abrazo Neo
Claro que no hacen falta príncipes!
ResponderEliminarY, lógicamente, este desenlace es el que más se acerca a mi propia opinión.
Peroooooo....
Si hay que elegir entre uno de los tres, yo, por la cosa literaria, por adaptarse mejor a las formas y haceres de la época, como relato me quedo con el primero :D
Eso sí, me ha encantado leer los tres!!!
Un besitooo
Lala
Sin duda me quedo con el tercero, sé que no es el apropiado para esa época, pero eso de quitarse el velo y dejarlo junto al ramo sobre la silla, me ha gustado mucho, y después me la imagino saliendo con paso firme, y sobre todo ese no mirar atrás, vamos, me encantó. Si el primo la sigue o no la sigue, ese es otro cantar (o puede ser otro relato) pero por lo pronto ella va en busca de su libertad.
ResponderEliminarHa sido un placer leer esta historia, con el aliciente de los tres finales. Enhorabuena. Besitos.
jejeje, que grande eres Moni. Tu inventiva no tiene límites.
ResponderEliminarBueno, yo me quedo sin duda con el primer final por ser el único real y adecuado a la época y el momento. Los otros dos son finales de esas novelas rosas que la joven leía en secreto.
Aunque a ese final, conociendo el carácter de las Sicilianas, en el viaje de novios el pobre marido sufriría un percance fatal, quien sabe... y via libre para el nuevo amor, y todos contentos, jeje
Nadie dijo nunca que amar fuese fácil y tus tres finales son una buena muestra de ello. :)
Plas,plas,plas¡¡ Aplausos para vos Neo.
Un abrazo
¡¡¡ESTE SI QUE ES EL QUE DESEO!!
ResponderEliminarEL ANTERIOR COMO BIEN TE DIJE ERA DEMASIADO ARRIESGADO,EN CAMBIO CON ESTE ULTIMO,ELLA ,SABEDORA DE SU VERDAD DECIDE ROMPER CON TODO Y DEJAR AL AZAR EL RESTO DE SU VIDA.
INTELIGENTE DECISION AL IGUAL QUE GENIAL TU RELATO.
¡¡TE FELICITO!!
BESOS.MJ-:)
Hola Neo, no elijo ya que no lei tus posteos, pero nunca es tarde para hacerlo, aqui se quedaran.
ResponderEliminarPase a dejarte un abrazo y decirte que tengo el Blog suspendido un tiempito hasta que me den un poquito mas los tiempos para encargarme de el, de apoquito le aviso a todos.
Un abrazo, esto no quiere decir que no venga a verte a vos y a los amigos.
Besos Neo querida.
Tere.
Me gusta este final.
ResponderEliminarMe parece el mas acertado.
Ningún Principe y menos manotazo de ahogado.
Sencillamente, la razón de no hacer infeliz a nadie y sobre todo a ella.
Excelente, Neo.
Besos.
Neooo, pilla redomada. A todas estas ¿cual es tú final?
ResponderEliminarMe parece que gana el tercero, el primero le va a la zaga...¿qué nos dices autora?
Bsito dulcísimo de Quinto y otro mío lo mismo, natalí
Hola preciosa, no he podido dejar comentarios en las otras entradas, pero las leí todas. Me decanto por este final, el más valiente, el más arriesgado, pero el único donde se equilibra la razón con el corazón, ella deja de ser una muñeca a merced del mundo que la rodea para convertirse en una mujer libre, sin importancia de las consecuencias, sólo con la convicción de seguir SU propio camino, no el que quieren que camine.
ResponderEliminarMe encantó esta iniciativa de los finales, muy buena idea.
Besines y achuchones.
Hola Neo:
ResponderEliminarNaturalmente, me quedo con el tercero.
El primero es muy previsible en la época en la que suceden los hechos, el segundo ya necesita de un poco más de "heroicidad", y para el desenlace del tercero, es necesario que nuestra heroina esté adelantada a su tiempo, amén de poseer una fuerte personalidad y carácter. Decididamente, me quedo con el tercero.
Un abrazo.
Pepe.
jejejeje...muchas gracias a todos por participar con tanto entusiasmo. Es muy interesante leer los argumentos por los cada uno opta por uno de los finales. En mi caso, coincido en pensar que es muy poco probable que, en aquella época, alguna joven pudiese tener la valentía de plantar frente al altar a un novio impuesto por su familia, pero, tampoco creo que fuera imposible...eso sí, de hacerlo, la vida después le habría resultado sin duda muy complicada. Siguiendo el hilo de esa suposición, creo que sería mucho más meritorio si esa decisión la tomara en reivindicación por su propio derecho a decidir, no porque apareciera algún galán en cuyos brazos se refugiara.
ResponderEliminarPor todo esto ya modo de reivindicación de género, me inclino por elegir el último final, aunque hubiese resultado muy improbable de ocurrir...pero bueno...esto e sun juego, y me dejo llevar por mis deseos.
Muchísimas gracias a todos por la calidez de sus comentarios y su constante compañía.
Nos seguimos "viendo"
Llegué tarde, pero coincido con muchos de los que optaron por este final. Me ha costado alcanzarlos a todos con la lectura.
ResponderEliminarFelicidades
Antes de nada felicitarte por el relato, el trabajo, la imaginación y el buen hacer (una vez más). Yo obviamente me quedo con éste final pero como bien apuntan más arriba, no es probable ni que se le hubiese pasado por la cabeza pero bueno como te dije tb hace unos posts, alguien siempre es el primero en todo. Ainss si esas fotos pudiesen hablar... Un abrazo más que fuerte
ResponderEliminarNeo, no se que pasa, no me dejaba comentar.
ResponderEliminarMuy buena lectura, los tres capitulos me engancharon. Me gusto el final, me quedo con el, ya que soy amante de la libertad y no al yugo de un matrimonio con situaciones similares. =)
Magnífica narración que te hace pensar y reflexionar.
Besos