19 DE JUNIO

Buenos días mi niños, hoy me encuentro aquí como su humilde servidora, con el único fin de narrarles una historia muy interesante que se remonta en el pasado, hasta la Edad Media, en la tranquila capital del reino...

“Érase una vez, una pequeña princesa de grandes ojos azules que vivía con su familia en el majestuoso palacio real.

Su padre, el rey, había emprendido un largo viaje hacia el norte para visitar a su hijo mayor, el primogénito y futuro heredero al trono. Debido a ello la niña permanecía todo el día dentro del castillo, jugando alegremente con su PS2 (un regalo de cumpleaños atrasado 6 meses), aguardando el regreso de su padre.

Pero un día, mientras la pequeña estaba revisando el calendario cómodamente ubicado en las mazmorras del castillo, recordó con terror que había cometido el mas terrible de los pecados: había olvidado el cumpleaños de su madre.

La desesperación la invadió por completo. Tan sólo tenía un día para conseguirle un obsequio! Qué haría? No podía simplemente aparecerse con cualquier regalo! Debía de ser algo perfecto.

Su madre siempre la había ayudado cuando más la necesitaba. Se había sacrificado incontables veces cuando la situación lo había requerido, sólo para verla feliz. Le debía todo en la vida. Entonces, cómo podía cometer el sacrilegio de no recompensarla como era debido?

Revisó los bolsillos de su vestido (si, era uno de esos trajes New Age, para nada ortodoxos, con espacio suficiente para todo tipo de chucherías, las llaves del coche, por ejemplo), en busca de dinero. Tan sólo disponía de 6 doblones de oro, una pelusa, un clip y tres botones.

-Qué haré? No es suficiente para comprarle nada! Y por si fuera poco, estos botones ni siquiera son iguales! -exclamó la princesa, sin saber que hacer.

Rápidamente la niña se encaminó en dirección al bazar del pueblo, montada en su fiel chocobo Chokie y con la esperaza que se hubiera desatado en el reino una crisis económica como la de los cuentos de hadas y los mercaderes estuviesen tan desesperados como para aceptar un clip a cambio de un relicario de oro.

Reviso arduamente los puestos de los comerciantes, buscando el regalo perfecto, el único que lograría que la reina esbozara aquella cálida sonrisa que significaría su alegría y, por lo tanto, la de la princesa.

Pero no encontró mas que decepción y sueños rotos al comprobar que los escasos recursos monetarios que disponía sólo le permitirían la adquisición de un práctico pollo de goma, de esos con polea en medio.

Pues claro que podría llegar a ser útil para noquear a alguien llegada la ocasión, pero ése definitivamente no era un obsequio lo suficientemente digno de su madre.

La pequeña volvió a su hogar al atardecer, con las manos vacías. Cómo podía haber olvidado algo tan importante? Qué pensaría su madre? Se decepcionaría de ella?

Desolada, la princesa se encerró en su alcoba y comenzó a escribir. Y así nacieron estas líneas, producto del cruel capitalismo que impidió comprar un obsequio decente, un amor incondicional y un profundo sentimiento de culpa.

Entonces, podrá la reina olvidar el descuido de una niña demasiado distraída, con una mente extremadamente dispersa, un nivel de concentración demasiado pobre y un escaso (por no decir nulo) conocimiento de esta nueva plataforma de blogspot?

CONTINUARA“

Eso es todo. :3

Que la Fuerza los acompañe mis jóvenes Padawans.

Y no caigan ante las tentaciones del Lado Oscuro.

Neo-Neo, la hija favorita de Neo. :D