Colorín colorado
La algarabía se apoderó de la multitud y rápidamente la noticia llegó a palacio. El rey (que estaba al borde de la desesperación cuando creía que iba a ver su reino destruido por un dragón descontrolado) al enterarse de la buena nueva, organizó un baile (restringido a la nobleza, claro!) para agasajar a la heroína, a la vez que aprovechaba la ocasión para notificar el aumento de los impuestos, debido a que se debían solventar los gastos ocasionados por los destrozos que produjo el maléfico dragón.
Llegó la noche del baile, la joven acudió ataviada con un hermoso vestido (que el rey descontó del pago de sus impuestos). Al ver al heredero del trono, inmediatamente la joven quedó prendada de su porte: elegante y atlético, de bellos ojos que la miraban inquietantes.
El príncipe, que nunca había sucumbido ante ninguna de las más populares bellezas, se impresionó sobre manera al comprobar la inteligencia de la joven, su encantadora sonrisa, el conocimiento de botánica que desplegaba, y la determinación con la que se había enfrentado a aquella bestia a la que él y sus amigos no habían conseguido doblegar (los chismes sobre la relación entre la muchacha y el fantasma de la bruja ya habían sido desmentidos!).
Una palabra llevó a la otra, baile va, baile viene… antes de que el reloj diera las doce campanadas, el tan deseado galán le propuso matrimonio a la hortelana quinceañera. Ésta, luego de pensarlo apenas unos minutos, aceptó encantada.
La boda se realizó en los jardines del palacio, como era de suponer; el rey encontró otra excusa para aumentar los impuestos (ya que de alguna manera había que afrontar los gastos de la fiesta), la flamante esposa lució un bellísimo y costoso vestido (que también fue deducido de sus impuestos), el príncipe, encantador como nunca, hizo suspirar a todas las damas que se habían quedado ya sin el sueño de ser princesas.
Luego de la fiesta y en la noche de bodas, la joven, cavilando sobre su futuro, despertó a su consorte y le propuso algo que se le había ocurrido. El príncipe, algo obnubilado todavía por el alcohol y los excesos de la fiesta, alcanzó a escuchar las ideas de su esposa y sin tener mucho que objetar, decidió acceder a su propuesta.
La joven, con la claridad de pensamiento que siempre tuvo, se dio cuenta que las arcas reales no daban para más y que de ninguna manera papá rey iba a poder mantenerlos, (tampoco eso quería ella). Como su carilindo esposo sólo sabía de elegancia y cacería (y eso, ni siquiera en aquellos tiempos era muy rentable) observó que el futuro económico de ambos estaba en sus propias manos. Por eso, usando todo su ingenio, decidió montar una fábrica de pasteles de frutas, usando su exclusiva receta y aprovechando que ya no había malezas que atacaran sus árboles.
El negocio fue viento en popa, poco a poco llegaron pedidos de todas las comarcas vecinas, el huerto fue más fructífero que en los tiempos de su padre, el pueblo disfrutó también de la bonanza económica, ya que crecieron los puestos de trabajo, (lo que también posibilitó al rey encontrar nuevos motivos para aumentar los impuestos), ella tuvo tiempo libre para dedicarse a sus estudios y a sus relajantes paseos por el bosque, y el príncipe, como era habitual y lógico, hacía lo único que sabía hacer: se paseaba, elegante, de un lado al otro montando su grácil corcel, llamando la atención de todas las mujeres que lo seguían con la mirada mientras el viento hacía flamear con gracia su capa; eso sí, la condición impuesta por la astuta esposa fue que sobre el terciopelo de la capa, escrito con letras doradas, se viera desde lejos el slogan que la joven ideara: «Pasteles de fruta El Príncipe, el más tentador de los manjares».
Juntando dedicación, calidad, inteligencia y adecuada publicidad, la empresa familiar fue todo un éxito. Claro está que de vez en cuando, además de pasteles… suelen comen perdices! Jejejeje
(fin)
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JOPETAS NEO..ME AUSENTO DOS DÍAS Y PEDAZO DE CUENTO NOS HAS ESCRITO.TIENES UNA IMAGINACION SORPRENDNTE..Y KME GUSTO ESE FINAL FELIZ ¿NO SERAN DUEÑOS DE LA FABRICA DE GALLETAS DE CHOCOLATE "EL PRINCIPE"?ÇBUENISIMO DE PRINCIPIO A FIN.
ResponderEliminarCUIDATE .MJ
Ja, jaaa, galletitas "el Príncipe" ahora calibro de dónde viene la marca famosa. Chica lista la rústica intelectual, que más vale tener seso porque la guapez se pasa.
ResponderEliminarDesde luego que el cuento se las trae, ese guapetón principito es un marido consorte y mantenido, ayyy, la república romana, española o francesa, ayyy, por ahí pasaba yo al nene pa que se espabilara y diera golpe.
Los dragones, lástima, me caen muy bien con sus narices fogosas y sus alas de vampiro a lo grande.
Neo, genial, tienes una imaginación de ahí te espero, y espero más cuentos, somos como niñas y niños. Cuenta, cuenta...
besitos dulces cual galletitas.
Que tengas buena semana, princesita, o mejor dicho, lista botánica.
Parece que el principe era un dormido barbaro, pero no fue muy tonto al elegir una niña de quince años para casarce y ademas llena de ideas...
ResponderEliminarun abrazo
jajajaja
ResponderEliminarUna niña muy precavida e inteligente. Me gusto, al final todos terminaron contentos.
Besos.
amigaaaaaaaaaaaaaa cuanta imaginacion tienes y que bellas cosas nos relatas, ni se como le haces pero nos atrapas en tus historias, son muy bellas esta termino geniall felicidadess
ResponderEliminargracias por visitarme que tengas una bella semana.
jajaja, que bueno¡¡ Para salirse de los cánones establecidos, tu cuento me ha parecido de lo mejorcito en la materia. Si es que lo tiene todo y encima, mejor final imposible, la princesa se hace empresaria¡¡ jeje
ResponderEliminarEsta noche se lo cuento a mis hijos, que son los expertos en esta temática, a ver que pegas ponen y mañana te lo digo. :)
Y colorin colorado, un abrazo te he mandado.
Muy bonito el cierre. Me sacaste una sonrisa.
ResponderEliminarBravo!!!!
Un fuerte abrazo.
Ahjajajj es buenísimo!
ResponderEliminarEl rey-suegro era una rata de pantano! y el príncipe un babieca, yo que la princesa cuando me empezó a ir bien con el negocio me hubiera divorciado y buscado un marido con un poco mas de iniciativa ... y lo dejaba al príncipe trabajando de propaganda móvil por el bosque!
Si que me hiciste reir vecina! te tenés que dedicar a escribir cuentos infantiles con el estilo "Neo" :)
besos y abrazos
Hola Neo :)
ResponderEliminarDesde luego, es un cuento diferente. Me pregunto si no sería el famoso principe de Beckelar jajaja
Muy ameno.
Un abrazo
Jajajaja, no me acordaba del final de este cuento, jajajaja!
ResponderEliminarEstá bien eso de que las princesas también trabajen, haciendo pasteles o lo que sea! Jisjisjisjis!
Me alegro de haberlo leído de tirón, así lo he disfrutado aún más. :D
Un beso
Lala
P.D. Ando de exámenes finales...ainsss...acabando ya el curso, así que no podré seguir el mismo ritmo bloguero...Pero siempre vendré, como siempre, :D
Jajajá. Soy de la opinión de Any.
ResponderEliminarEn cuanto la emprea galletera se hubiese consolidado... ¡zas! divorcio al canto. Y que al muñequito del príncipe lo mantuviese su papá.
Feicitaciones, Neo, el cuento es muy original.
Hola Neo
ResponderEliminarEsto ha ido rápido ya que hoy me han tocado dos psrte, pero me lo he pasado fenomenal.
Me ha recordado algunos matrimonios,en España hay muchos, en los que uno pone el título y el otro "la pasta".
Ha estado buenísimo, felicidades y un abrazo.
TERMINO GENIALLLLLLLLLLL ERES UNA ARTISTA ESCRIBIENDO NEO, ESPERO QUE TENGAS UNA SEMANA GENIALLLLL SALUDOSS
ResponderEliminarCHRISSSS
Inteligente la princesa, pero vaya con el suegro aprovechaba la minima oportunidad para subir los impuestos...es que quien gobierna solo piensa en eso, por suerte que la nuera era más lista.
ResponderEliminarBonita historia donde por una vez el principe es un presuntuoso y quien rescata al pueblo es la inteligencia y el ingenio y no la fuerza
Petonets de bona nit
Genial, este cuento demuestra una vez más que si fuera por nosotras las cosas no funcionan, jaja, me encanto.
ResponderEliminarBesos y buena semana.
No solo la quinceañera princesa hace postres de chuparse los dedos, aquí hay otra repostera de las letras que va a hacer que acaben teniendo que empujarme por las puertas jajaja. (No estoy dando ideas para que suban impuestos con la excusa de agrandar entradas que...). Una maravilla como siempre Neo. Un abrazote colorado
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