jueves, 2 de abril de 2009

2 de abril de 1982 – DÍA DEL VETERANO Y DE LOS CAIDOS EN LA GUERRA EN MALVINAS



El 2 de abril se conmemora en Argentina un aniversario más de aquel vano intento de recuperación del extenso territorio austral que nos fuera arrebatado por el imperio británico en 1833. Seguramente muchos de ustedes amigos, por no ser compatriotas, no sabrán cómo se dieron aquellos sucesos ni qué significó para nuestra historia reciente la llamada Guerra de Malvinas. A modo de reseña muy personal, les dejo un texto que escribí para uno de mis viejos blogs, en donde, sin más pretensión que mostrar mi particular punto de vista, intento describir y recordar aquellos hechos.

UNA TRISTE HISTORIA

Hace 27 años un general borracho decidió embarcar a los argentinos en la locura de una guerra que nunca terminamos ni de entender ni de asumir.

Recuerdo que cuando escuché aquel comunicado precedido con el temible escudito de las tres fuerzas armadas no podía creer lo que había escuchado: las tropas argentinas habían desembarcado en aquellas islas lejanas totalmente ajenas a lo cotidiano que supongo yo, si hacían una encuesta, la mitad de la población ni siquiera sabía dónde quedaban.

Siempre fuimos así. Tardamos siglos en darnos cuenta que aquel pedazo de suelo austral era nuestro y después decidimos que era hora de recuperarlo, sea como sea, aún yendo a la más desigual de las guerras: un gastado y sufrido país latinoamericano enfrentándose de improviso a una de las principales potencias de la OTAN.

Aquel trasnochado militar había sido mal asesorado y buscando un hecho que consiguiera tapar las cicatrices de una cruenta guerra interna, decidió que era hora de recuperar aquel territorio arrebatado hacía más de dos siglos por el otrora imperio colonial. Vaya a saber por qué, aquel militar de voz aguardentosa pensó que el otro imperio, el más actual y omnipresente, le iba a dar el visto bueno por la “exitosa” campaña anticomunista que las fuerzas armadas había librado fronteras adentro, cruel e implacablemente…tal cual habían sido adiestrados allá en el norte.

Un buen día el viejo general se despertó, desayunó con su whisky habitual y mandó a oficiales y conscriptos sin preparación a recuperar aquel territorio austral del que casi ni nos acordábamos. Entre marchitas patrióticas y banderas desplegadas la gran masa domada del gentío que va y viene según sean los vientos, pobló la Plaza de Mayo y vitoreó al general que ya soñaba con ser electo presidente como Dios y la Constitución mandan, y no como él y sus camaradas golpistas lo habían hecho.

Se desempolvaron los mapas, se volvieron a ubicar en ellos las islitas y todo fue celeste y blanco, todo cánticos alusivos y fiestitas. Mientras, allá en el sur se arriaba la bandera inglesa y se izaba la nuestra.

Pero el final del cuento no fue como aquel trasnochado había imaginado, la respuesta a aquella afrenta no se hizo esperar y la reina y la dama de hierro (más conocida por aquí como "la" Thatcher ) mandaron su flota (que sí tardó bastante en llegar!) mientras tanto, alrededor del obelisco embanderado la multitud alternaba, vítores hacia el beodo, con insultos hacia los invasores.

Mientras tanto se escuchaba fútbol. El mundial no podía dejar de acaparar la atención de los argentinos y los resultados de los partidos mechaban la espera por la llegada de la flota. El envalentonado general movilizó hacia el sur todas las fuerzas que esperaban, sin saber muy bien por qué.

Mientras tanto aquí crecían las campañas para recolectar fondos, alimentos y abrigo para nuestros muchachos, que en su mayoría tenían más espíritu futbolero que guerrero y tanto esperaban noticias de la flota como los resultados de los partidos.
En el ínterin, los británicos hunden el Buque Escuela General Belgrano, que estaba fuera del límite de exclusión determinado por las fuerzas de norte (como si la guerra se detuviera a respetar límites!)
Aquella tragedia enlutó al país e incendió los ánimos anti británicos. No había duda de que ellos eran los malos; nada podía justificar haber hundido una nave que estaba fuera del área de enfrentamientos.

Pero las guerras no tienen reglas y lo único que cuenta es que en ellas muere gente. Gente que era real, que amaba y que sufría, que no entendía bien por qué pero un día fue muerta por la decisión de un inepto que ocupaba el vapuleado sillón presidencial.

Después hubo enfrentamientos por aire. Fue el bautismo de la aviación nativa y decían que la pericia de aquellos pilotos criollos despertaba el respeto hasta de la fuerza enemiga. Mientras nuestros aviones disparaban, nosotros juntábamos frazadas, chocolates y cartitas (más de la mitad no llegó) para los soldaditos que se morían de frío enterrados en el barro mientras esperaban que comenzara el combate por tierra.

Desde aquí, la reserva, los muchachos que se habían salvado del servicio militar, sufrían para sus adentros temiendo que en cualquier momento los convocaran para marchar hacia las islas. Entre ellos estaban mi hermano, mis tres primos y todos sus amigos y compañeros.

Recuerdo que en las noches, mi terror aumentaba terriblemente y mis sueños se poblaban con la imágenes de aquellos pobres chicos que apenas terminada su escuela secundaria, (algunos habiendo estrenado recién su licencia para conducir), se encontraban con un desvencijado fusil en las manos esperando…esperando y no entendiendo por qué.

Y un día llegaron. Llegaron los ingleses y comenzó el combate (combate?) quizás masacre sería un término más adecuado. Mientras eran derrotados en uno y otro frente y los aviones hacían lo que podían, aquí se escuchaban los informes engañosos que nos decían “vamos ganando”.

Y un buen día otro "valiente" general – en su momento nombrado gobernador de las islas se entregó sin más, luego de que cientos de chicos murieran en las trincheras. Injustamente. Incomprensiblemente. Impunemente.

Y perdimos la guerra... Y el general beodo se emborrachó otra vez mientras sus sueños de permanencia se caían a pedazos (como el mismo Proceso “de Reconstrucción Nacional” que se había levantado en armas contra el último gobierno constitucional).

Y se arriaron las banderas, y las tropas retornaron y los generales repartían sus culpas. Y los chocolates aparecían en los quioscos con las cartitas que los nenes le habían mandado a los soldaditos.

Y volvieron los soldaditos. Algunos vivos, otros muertos, y otros peor aún. Y para colmo nos eliminaron del mundial. (Eso sí, en el siguiente el Diego goleó a los ingleses y según nuestra particular idiosincrasia, eso nos compensó un poco).

Y después los generales tuvieron que aceptar que habían perdido. Ellos. Porque la derrota fue de ellos. Y paradójicamente los soldaditos que se creían vencidos nos hicieron ganar a todos, porque gracias a esa sangre que dieron, (hasta ese momento, sin sentido) un tiempo después conseguimos quebrar la dictadura e iniciar la democracia.
Lo cierto es, que si no se hubiera perdido esa guerra absurda, hubiéramos tenido que soportar eternizados a los viejos dinosaurios en el vapuleado sillón presidencial que alguna vez usara Rivadavia.

15 comentarios:

  1. Hola lokura como andas tantosdias sin visitarte !!!!!
    Veo que has echo una entrada crucial...prefiero abstenerme a comentario alguno, tengo 2 amigos internados en lokeros por haber prticipado de esto y francamente, no quiero recordar nada, absolutamente nada de esta matanza, x que solo fue eso.....al menos para nosotros.....
    Ojala esto pudiera tranformarse en fabula, que menos para un pueblo como el nuestro? pasifista !!

    Besos amiga...

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  2. Neo ,nunca hay una guerra justificada, y ese abuso de poder ,me patece má inaceptable aún¿Hasta cuando seguiremos así?Mis condolencias para vosotros en este día.
    Un beso.

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  3. Hoy mi cariño y mi abrazo va para todos vosotros, a todos los argentinos y argentinas que viven en ese querido pais hermano.

    Me uno con respeto a vuestro dolor. Mi mas sentido pesame por el fallecimiento de D. Raul Alfonsín.

    Un hombre bueno.

    Descanse en paz.

    (Un abrazo)

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  4. Estoy con MªJosé, no a la guerra, siempre, no a la guerra.
    Estoy contigo, en esta y en cualquier guerra los unicos que pierden son los de a pie, los gobernantes estan en sus sillones solo con ganas de poder.
    Un petonet

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  5. Estas islas y los argentinos que quedaron en ellas para siempre nos seguiran doliendo eternamente.
    Eran chicos solamente, sin preparación militar, sin saber bien adonde los llevaban ni lo que les esperaba. Pasaron frío, hambre, soledad, desamparo y finalmente muchos murieron como perros lejos de su familia y de todo.Que tristeza.
    Para ellos, para los que no volvieron y para los que volvieron y pelean todavía con el fantasma de la guerra, es este 2 de abril.
    No olvidemos.
    Un beso Neo, gracias por el recuerdo

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  6. Lo recuerdo perfectamente cómo lo contaste y lo cuentas ahora.
    Terrible! Algo terrible!
    Malditas guerras, malditas posesiones!


    Un beso


    P

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  7. Un abrazo fuerte Mónica, extensivo a todos los argentinos.

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  8. Hola Moni!
    Volveremos, sin derramamiento de sangre, por la memoria de los que allí yacen.

    RöB

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  9. Hola Moni!
    Paso para anunciarte que RoB Dangal TV cumple un año y lo festejamos otorgando un premio.
    "Neogeminis" ha sido nominado en la categoría "Originalidad en blog".
    Tanto vos como tus visitantes pueden dejar su voto en las distintas categorías entrando en http://robdangaltv.blogspot.com
    Buena suerte!!

    RöB

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  10. Recuerdo perfectamente que en mi escuela nos "obligaban" a colaborar con alimentos no perecederos para los chicos de Malvinas, después sabemos a dónde fueron a parar esas donaciones ... también recuerdo lo del gramo de oro y todo el circo que se hizo con eso, los comunicados por la tele acerca de cómo íbamos hundiendo barquitos ajenos, y las papurrachadas varias mientras niños de 18 años morían y sufrían lejos de sus familias sin que nadie tomara conciencia de la locura que estábamos enfrentando ...

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  11. Imposible olvidar todo ese tiempo.
    Acuerdo: ninguna guerra, ninguna muerte es justificada.
    Muchos de los que regresaron lo hicieron en condiciones atroces, quizas peores aun que la muerte misma.
    La mentira, el saqueo, todo lo ruin surge en una guerra.
    Tambien lo mas noble.
    Nuestros chicos fueron, son y seran esa nobleza.
    Por ellos.
    SI A LA PAZ!
    SI A LA VIDA!
    NO A LA MUERTE!

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  12. Real, duramente real lo que narrás.
    Tuvo que ocurrir algo muy trágico y sin sentido para que se desplomara del todo el régimen militar.
    Justamente hoy, (casualidades? o siempre causalidades?) los argentinos dijimos adiós a Raúl Alfonsín, quien fué el encargado de inaugurar y fortalecer la democracia.
    Una de las cosas grandes que hizo este honrado estadista fué la de no "prenderse" con el triunfalismo de aquel tiempo en el tema Malvinas...No buscó sacar ventaja de la euforia colectiva, y dijo "esto no va a terminar bien, aunque el propósito pueda parecer justo".
    En fin, dos acontecimientos históricos muy enlazados, en aquel tiempo, y en este.
    Un beso Mónica.

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  13. por supuesto que lo vivimos por aquí como propio, con ese dolor e impotencia.... y hoy nos duelen los excombatientes, los vivos y los que no están, mucho porque no soportaron lo que pasó durante y después.... un beso hermana argentina.

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  14. Si amiga, así son los sinsentidos de todas las guerras. En esta por lo menos, como tu muy bien has contado, la sangre derramada sirvió de algo. Que ya es algo, porque generalmente no suele valer más que para abonar los campos de batalla. Un triste pasaje de la historia Argentina que aunque doloroso, no debe de olvidar jamás nadie.

    Un abrazo

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  15. Yo también la recuerdo aunque desde la distancia las cosas se ven distintas, tu relato me ha puesto los pelos de punta, por qué no aprendemos nada Neo? alguna vez conseguiremos borrar la palabra guerra del diccionario? Un abrazote más que fuerte, enorme para todos vosotros

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