jueves, 30 de junio de 2022

CADA JUEVES, UN RELATO: Imágenes de Tino Soriano

Para sumarme a la propuesta juevera de esta semana que nos hace Moli desde su blog, opté por inspirarme en la siguiente imagen. Los invito a leer todos los relatos.

 


HEBRA ROJA

Con fruición chupa su dedo y en silencio me interpela.

Lleva sombras detrás del asombro que aún le cabe en su mirada de niño huérfano.

No sabe de vergüenzas, razones o quejas. Sólo siente la urgencia de llenar con algo ese vacío que lo traspasa sin importar lo que pueda comer cada día.

No cuestiona mis preguntas, mis lisonjas ni mis mimos. Apenas pone su interés en intentar comprender lo que hago más allá de lo que le decimos quienes llegamos de improviso, con el fin de apaciguar su hambre y sus penurias, a la par que intentamos calmar nuestra conciencia.

Del magro reparto de hoy, ha paladeado cada migaja sin encanto ni pena. Sabe que no es seguro cuándo ni cómo se repetirá. Dependerá de lo que surja o de lo que otros dispongan.

Ya está acostumbrado a aceptar sin exigir ni proyectar algo mejor que pueda imaginarse en secreto. Su vida es hoy, tal como se le presenta.

Duele pensar en el ayer y más aún en el mañana incierto. No tiene, además, mucho sentido. ¿De qué vale soñar si no se conoce más que esto que le ha tocado en suerte?

Su futuro es tan improbable y frágil como una brizna al viento, como la hebra roja que asoma de su desgastado pullover viejo, ese que al llegar al refugio, aterido y mugriento, le dieron alguna vez a su hermano mayor y que ahora le ha tocado a él, en lógica sucesión, heredando sudores y huellas.


domingo, 26 de junio de 2022

CIERRE DE CONVOCATORIA



Celebrando la entusiasta concurrencia y habiendo disfrutado de tantas infrecuentes, improbables e imposibles circunstancias a través de sus letras, doy por culminado otro encuentro juevero y formalmente le doy el pase a Inma, quien, desde su blog, es la encargada de conducirnos la próxima semana en una nueva aventura literaria. Muchas gracias por sus aportes y buena onda. 

Tengan una muy linda semana!

viernes, 24 de junio de 2022

CADA JUEVES (YA VIERNES) UN RELATO: INFRECUENTE, IMPROBABLE, IMPOSIBLE

 Llegando con demoras a mi propia convocatoria, me excuso de antemano por no haber podido repetar las 350 palabras sugeridas. La historia me surgió casi de un tirón y no pude acortarla más. 

 



Que yo atravesara por aquel inhóspito rincón de la ciudad resultaba ya algo sumamente infrecuente. Que lo hiciera además a esas horas de la noche y en plena tormenta desbocada, implicaba algo aún mucho más improbable, algo sumamente difícil de justificar si no fuera por tres hechos concatenados que se conjugaron en mi contra: que me invitaran a una de las fiestas que organizaban en las afueras y a la que había jurado asistir, que a mi desvencijado automóvil se le antojara descomponerse justo en aquel camino perdido cuando todos ya se habían alejado y que además la batería de mi móvil claudicara antes de solicitar el auxilio mecánico.

Aquella combinación de hechos accidentales confabulándose en mi contra deberían haberme alertado en cuanto a la inusual jugada que el azar me tendería pronto, pero el alcohol consumido ya había disminuido mi capacidad de raciocinio y sólo deseaba encontrar un sitio medianamente confortable para pasar la noche. Fue así que me aventuré a pedir ayuda en la única casona que logré divisar en medio de aquel páramo despoblado.

Sin esfuerzo logré abrir la puerta que chirrió como un lamento. Pregunté varias veces con voz sonora si había alguien allí: no quería resultar irrespetuoso ni meterme sin permiso en la casa de alguien. El silencio sepulcral que recibí por respuesta me dio la pauta que efectivamente estaba deshabitado. Sin animarme a recorrer el resto de las estancias, me quedé acurrucado en el único sillón que se hallaba en medio de la sala polvosa.

Cuando mis ojos se acostumbraron a la oscuridad del ambiente logré distinguir una vela a medio consumir descollando sobre una botella que hacía las veces de candelabro. De inmediato la encendí y la leve flama se irradió en forma dispar sobre los escasos muebles de la habitación. De entre los pocos elementos destacables, un antiguo reloj de pared logró captar mi atención alejándome momentáneamente del extraño nerviosismo que en mi interior crecía.

Pese a lo improbable, aquel vejestorio estaba  funcionando. Su dorado péndulo coronado de telarañas mantenía su balanceo en medio de las sombras alargadas que la vela provocaba, mientras la única aguja que aun rotaba sobre el cuadrante descascarado parecía jugar a ralentizar su paso mientras mis nervios insistían en remarcar que no era bueno estar allí.

De improviso, cuando el rítmico giro de la aguja me tenía casi hipnotizado, comencé a notar que ésta fue alterando el sentido de su giro sin aparente causa, volviéndose el anti horario el modo definido de su rotación. Primero dudé de mi percepción, pero al instante, la velocidad inusitada que cobró aquella inexplicable aguja confirmó que lo imposible estaba por ocurrir.

Al cabo de unos segundos mi cuerpo entero perdió sus fuerzas y caí rendido sobre aquel piso mugriento sobre el que me sentí tan miserable como un insecto. Sin perder del todo la conciencia, con mi oreja derecha apoyada sobre el piso y mis ojos apuntando a la puerta de ingreso, percibí que el suelo se estremeció a la par de lo que claramente identifiqué como un salto y luego, pasos firmes acercándose hacia a mí.

Justo cuando la única vela que iluminaba la instancia se agotó en su faena, sentí que algo o alguien me tomaba del cuello de mi chaqueta como si yo fuera repulsivo y con decidido ímpetu me arrojaba dentro de la caja del reloj de péndulo, que aun giraba acelerado en el sentido contrario a la normalidad. Sin poder resistirme, sentí que todo mi cuerpo se disolvía.

Desde entonces aquí estoy, en esta otra dimensión dentro del reloj desde donde espero que algún otro cándido llegue por alguna razón improbable a la vieja casona deshabitada y por esas cuestiones que tiene el destino se ponga a observar curioso las peculiaridades del reloj  para caer, incauto como lo fui yo, solícito a ocupar mi lugar en esta trampa de cronos imposibles.

(para leer todos los textos participantes, pasar por el post anterior)


jueves, 23 de junio de 2022

domingo, 19 de junio de 2022

PROPUESTA JUEVERA PARA EL 24 DE JUNIO

 

 CADA JUEVES UN RELATO: INFRECUENTES, IMPROBABLES, IMPOSIBLES



Hola gente!

Nuevamente tomo la batuta de la conducción juevera y esta vez les propongo juntarnos a escribir sobre cuestiones infrecuentes, improbables o imposibles. Con el estilo, forma y género que más les guste, anímense a guiar las riendas de la creatividad hacia situaciones –reales o ficticias- en donde lo no habitual logre sorprendernos y colocarnos ante la duda de su naturaleza.

Intentando no  superar las 350 palabras, llegado el miércoles pueden ir dejándome los links de sus publicaciones, así el jueves armo la lista de participantes e iniciamos el recorrido de lecturas. Recuerden mantener la reciprocidad de visitas y comentarios. Espero les parezca interesante la propuesta y el encuentro resulte concurrido.

Les dejo un abrazo y mis mejores deseos para los que sean padres (por aquí celebramos hoy su día)

P.d

Hoy también es mi cumpleaños, pero no pienso dar detalle alguno sobre la cifra en cuestión, jajaja

jueves, 16 de junio de 2022

CADA JUEVES UN RELATO: CIELOS E INFIERNOS

 Me sumo con este breve texto a la convocatoria juevera de esta semana. Pasar por el blog de Mag para leer todos los relatos.

 


CIELOS E INFIERNOS

Y de repente el instante final se hizo eterno. Cruzando el umbral de la muerte su conciencia abarcó sin esfuerzo la complejidad del infinito. Supo con certeza de qué se trata el paso por la vida y el valor sustancial de todas las cosas. Los recuerdos entrañables, el aprendizaje realizado a partir de su nacimiento, las personas con las que fue transitando cada etapa de la vida. Todo por fin alcanzó un sentido y se sintió revelado. Contemplando sin necesidad de mirar la enormidad del cosmos en expansión y la infinita belleza de sus luces y sus formas, sintió balancearse en equilibrio la multitud de galaxias junto con el pulso vital de cada ser vivo. Sobre este planeta del que ya se iba y en cada otro rincón en donde la vida logró ser sembrada, cada ser individual se entrelazaba en forma sutil con el resto del Todo y en su unidad se manifestaba la Voluntad Primera que todo lo armonizaba. Su Ser alcanzó el éxtasis. Logró percibirse en plenitud a la par que comprendía que su identidad también era parte de esa energía primigenia que todo lo llenaba y que -en multiplicidad de formas- desde el inicio se manifestaba estableciendo sincronías entre el Espacio y el Tiempo, entre la Materia y la Energía. Con la última bocanada de aire que exhalaron sus pulmones comprendió que más allá de todo lo antes escuchado, los conceptos antropomórficos de dioses y paraísos que le habían inculcado nada tenían que ver con aquella Verdad profunda que Todo lo contenía y hacia la que -al fin- retornaba.


domingo, 12 de junio de 2022

CIERRE DE CONVOCATORIA JUEVERA



Agradeciendo la entusiasta participación y celebrando que les haya gustado la propuesta, doy por finalizado este grato encuentro que me ha tocado conducir. Cierro entonces el evento dándole el pase a la querida Mag, quien, desde su blog, será la encargada de organizar el próximo Encuentro juevero. Tengan todos una bella semana.

viernes, 10 de junio de 2022

CADA JUEVES UN RELATO: UNO DE LA GALERA - Mi aporte

 El siguiente texto surgió sin pensarlo mucho a partir de un personaje de una serie que terminé de ver esta semana, jeje. No corresponde a nadie en particular y es pura ficción. Lo aclaro por las dudas =D

Para leer todos los relatos participantes, pasar por el post anterior.

 


ALGO TE DELATA

Más allá de lo que representas, hay algo sutil, disimulado bajo tu conciliatoria apariencia, que me repele y te delata. Si me preguntan puntualmente qué es, de qué se trata lo que me alerta cuando te tengo frente a frente, no sabría precisarlo, pero sin dudas existe. Lo percibo. Con la claridad y contundencia con las que se sienten las cuestiones viscerales, las que no pueden definirse con un puñado de palabras.  

A simple vista, uno diría que eres uno del montón, un carilindo simplote que sonríe con tibieza frente a todo lo que se le cruza en el camino, pero hay algo que me suena perverso detrás de esa apariencia híbrida de bonachón moralista y juez equilibrado bajado de los cielos.  Ya desde lejos te vende la forma en que mueves -parsimonioso- tu cabeza y tus manos cuando hablas con tus piadosos fieles, asintiendo y poniendo recatado énfasis en tus inapelables sentencias.

Contenidamente ampuloso. Falsamente humilde. Remarcando con tus gestos condescendientes la preclara posición que asumes frente a tu grey, que te escucha y admira con empalagoso sometimiento. Los haces sentir como miembros selectos de alguna sociedad secreta que mantiene ocultas sus verdaderas intenciones y eso te ha servido para subyugarlos.  

Más peligrosa todavía me resulta tu mirada. Esa con que te fuerzas a mostrar tolerancia y comprensión aún frente a quien argumenta  en contra de tus estrictas convicciones, pero por quien no practicas sincera empatía. Manifiestas sutilmente superioridad, como si estuvieras destinado a estar por sobre el resto de los mortales.

Cuando te descuidas –y por un segundo se cae la máscara de humilde pastor sacrificado- perdido en tus pensamientos te dejas llevar hacia la infinitud de una oscuridad que abruma. En esos momentos se puede palpar sin esfuerzo tu alma fría. Sólo lástima y menosprecio te surgen ante quienes no demuestran fortaleza. Los ves como ratas: seres inferiores que ni merecen piedad.

Los filtros que te quedan para ocultar lo que en realidad guardas bajo ese aparente amor generoso, pronto han de caer. Eso es lo que presiento como peligro inminente: aflorará abruptamente la parte de ti que aún logras esconder y tu verdadera naturaleza, despiadada y cruel surgirá sin atenuantes. Y cuando eso suceda, los que hasta aquí hemos logrado mantenernos al margen de tu dominio, estaremos apenas a tiempo de salvarnos.

lunes, 6 de junio de 2022

CONTANDO LAS SEMANAS 2022 CON SINDEL - Semana 23 GAVIOTA

 Me sumo con estos versos a la propuesta de Sindel de esta semana:

 


GAVIOTA

 

Melancólico recuerdo

de otro vuelo… que alguna vez

sobrevoló las espumas

de la que fue mi orilla.

 


Tus alas áureas,

-desplegando envergadura-

logran entronarte más allá

de lo que alcanzan a ver mis ojos

inquiriendo el horizonte.

 


Sobre este mismo mar que ahora

-con solemnidad que sobrecoge-

me cuenta secretos con sus olas,

suspendiéndome en los cielos

me elevas, con serenidad y blancura.


domingo, 5 de junio de 2022

CONVOCATORIA JUEVERA PARA EL 9 DE JUNIO

UNO DE LA GALERA



Nuevamente me corresponde dirigir otro encuentro juevero y para esta ocasión les propongo elegir uno de los papelitos que ha sacado el conejo de la galera y a partir de lo que les sugiera, comenzar a narrar una historia de cualquier estilo y género desarrollada en aproximadamente 350 palabras. Como siempre, desde el miércoles podrán ir dejándome el enlace de sus aportes para, el jueves, armar la lista de participantes. Les recuerdo que la invitación está libre para todo quien desee sumarse, sobreentendiéndose la lectura y comentario en forma recíproca. También cabe recordar que en el encabezado de sus post deberá figurar que participan del encuentro con el link del blog convocante (en este caso, el mío) el título CADA JUEVES, UN RELATO: UNO DE LA GALERA  y la imagen que aquí les dejo.

Espero ansiosa por sus aportes.

¡Que tengan un buen inicio de semana!

miércoles, 1 de junio de 2022

CADA JUEVES, UN RELATO: Bebidas literarias

Me sumo con este texto a la propuesta juevera que nos deja Dorotea desde su blog. Los invito a leer todos los relatos.

BEBIENDO LA ESPERA

En el último cruce de vías antes de llegar a destino, allí por donde la Patagonia pone a prueba fortalezas y convicciones, el Estrella del Sur se detiene. El frio intenso viene sintiéndose con crudeza desde que salieron de Buenos Aires, a la vez que la soledad del paisaje aumenta su poder de revivir recuerdos. El guarda termina de beber su café espumoso y cruza luego por los vagones con irritante parsimonia, anunciado con voz pregonera la causa del inconveniente. La mayoría del pasaje apuesta al estoicismo ante lo que -suponen- debe ser frecuente. No pocos aprovechan el momento para cuestionarse las decisiones que los han llevado a andar entre el viento y el silencio. La primera media hora de espera transcurre entre murmullos, sólo quebrados por el llanto persistente de un bebé que no sabe de modales ni clemencias. Al parecer -como todos- ya se había acostumbrado al traqueteo soporífero del ferrocarril bamboleándose, y la quietud abrupta a la que de repente ha sido sometido, no logra compensarse ni con la solícita leche materna. Mientras tanto, en el modesto vagón-comedor, pocos privilegiados se reconfortan con alguna infusión caliente que los rescata del frio y la inercia. Sin dudas quien sobresale del grupo es una elegante inglesa que se inicia en su viudez con la distinción de quien observa todo detrás de un velo leve que oculta sus lánguidos ojos verdes. Frente a la humeante taza de té negro a la que ha debido resignarse en lugar del delicado Earl Grey al que está acostumbrada, la joven viuda se interpela en silencio sobre su resolución de tomar personalmente posesión de la estancia que ha heredado. Mientras tanto, no muy alejado de esos planteos, un yanqui con pinta de explorador intenta ahogar sus recuerdos de guerra con el indulgente scotch que atesora en su petaca, mientras su mirada envejecida se pierde en el horizonte austral en el que busca matar sus fantasmas. Afuera, a la par que la luz de la tarde amenaza con retirarse, los hombres que trabajan en despejar las vías suspiran en silencio por un buen mate cocido caliente, mientras el solitario guardabarreras acodado en la escalera metálica de la caseta -inexperto en cuestiones sociales- busca amenizar la espera con algún comentario auspicioso y en cambio, forzado por la simpleza que lo caracteriza, sorbiendo el último trago de su mate cimarrón se despacha con un resignado “habrá que esperar”.