jueves, 28 de enero de 2021

CADA JUEVES UN RELATO: AMOR IMPOSIBLE

Siguiendo a propuesta juevera de esta semana, que conduce Volarela desde su blog, me dejo llevar por los hilos de la ciencia ficción y me sumo con un relato de amor imposible. Para leer todos los aportes, dar clic aquí.



HISTORIA DE UN AMOR IMPROBABLE

Cuando los primeros colonizadores terrestres se instalaron en Marte, él todavía no existía. Tuvieron que transcurrir tres años marcianos para que su nacimiento –controlado en laboratorio como todos los de ese breve período- pudiera concretarse. El orgullo de sus padres por haberlo logrado debe de haber sido inmenso, o al menos así lo quiso creer.

Después sobrevinieron los virus implacables, las traumáticas noticias sobre la debacle nuclear entre las naciones terrestres, la interrupción definitiva de las comunicaciones, la lenta extinción del puñado de colonos sobrevivientes, la soledad más absoluta. A esas alturas seguir contando el transcurso del tiempo no tenía mucho sentido, pero igual lo continuaba haciendo como estrategia para ir esquivándole a la locura que lo acechaba de cerca y con regocijo.

La primera vez que la vio, apagados sus circuitos y semioculta entre escombros y chatarras, fue una mañana inusualmente transparente en la que inspeccionaba una de las áreas abandonadas. La cyborg, de rasgos humanoides delicadamente ejecutados, tenía atractiva apariencia femenina, especialmente en las facciones de su rostro, destacando a simple vista entre los despojos de instalaciones ya olvidadas. Nunca antes había visto una de ese tipo, tan sofisticada y perfecta, tan semejante a lo que –recordaba- habían sido las mujeres de su especie en la plenitud de su vigor y belleza. Las posibilidades de poder activarla le parecieron casi nulas, ya que pocos eran sus conocimientos sobre robótica, pero igual lo llevó a la base para revisarla con la ayuda del control central.

Luego de una básica limpieza externa comenzó el proceso de escaneo de los circuitos. A medida que avanzaba la revisión, se iban reseteando una a una las distintas funciones de la cyborg, que -por su elaborado diseño- supuso producida justo antes de la hecatombe final.

El material que emulaba ser piel realmente se sentía muy natural al tacto, también lo parecían el cabello, las uñas y el acabado de cada pliegue gesticular ubicado con ajustado énfasis expresivo. Se trataba de una unidad extraordinaria, destinada a ser compañía y apoyo para la avanzada colonizadora, abruptamente interrumpida por la sucesión de calamidades que determinaron su triste destino de último hombre sobre el planeta rojo.

Pensó que, de lograr activarla, aquella maravilla sería una alternativa sanadora luego de sobrevivir tanto tiempo solo, abandonado a su suerte en la inmensidad del cosmos. La idea de despertar y saber que habría alguien a su alrededor –aunque no fuese humano- intercambiando acciones y palabras, rompiendo su soledad infinita, le aceleraba el corazón con una sensación que reconoció como cercana a la alegría. Hasta la remota posibilidad de desarrollar algo así como un enamoramiento, brotó de sus necesidades más obvias, haciéndolo sonreír con un dejo de picardía.

Cuando por fin, luego de un largo proceso de restauración, la cyborg abrió sus ojos y se incorporó para el reconocimiento inicial, él se sintió pleno y satisfecho, aliviado en su dolor al tener compañía. Una lágrima recorrió su rostro y su corazón brincó de emoción cuando ella respondió amable y sin conflictos a sus primeras inquisiciones: ¿cuándo, cómo, por qué yacía arrumbada en medio de tanta destrucción? Esas fueron sus primeras preguntas. Las correspondientes respuestas llegaron de inmediato aclarando todas sus dudas. ¿Su origen? No terrestre. ¿Su función? Asimilarse a la vida de los colonos en las bases marcianas ¿Su objetivo? El total exterminio de la raza humana.



jueves, 21 de enero de 2021

CADA JUEVES UN RELATO: HISTORIAS DE NIEVE

 Esta semana Inma nos invita a narrar historias de frio y nieve. Alejada se esa realidad por obvias razones geográficas, me lanzo a compartir la siguiente historia. Para leer todos los aportes jueveros, dar clic aquí.



HISTORIAS DE NIEVE

Después de cientos de intentos, a fuerza de persistir, lo logra: imagina un campo extenso sin límites apreciables más allá del fondo blanco en donde se funden al unísono suelo y cielo, nieve y nubles, paisaje inconfundible de los inviernos níveos de la que fue su infancia:

El viento helado que surca la montaña, le clava sus agujas de escarcha en la poca piel que asoma entre el grueso gorro de piel y la bufanda que le tejió su madre para la reciente navidad. La lleva con orgullo, flamante estandarte de amor maternal entretejido con lanas rojas que cortan sin esfuerzo el blanco infinito de la nieve que lo cubre todo. El frio que penetra en sus pulmones tarda en ser calentado por la tibieza de su entusiasmo travieso mientras se desliza ladera abajo sobre su trineo de madera y tientos. Se siente inmortal desplazándose ligero sobre el níveo manto de cumbres conocidas. Infinitamente libre. Sin peso ni ataduras. Deslizándose en levedad sin más preocupación que la de no tropezar con alguna roca que sobresalga en su improvisada pista de juegos. Después de un rato, cuando en sus mejillas plenas siente otra vez bullir la sangre agitada, arma con arte un muñeco de nieve. Lo viste con su gorro y su bufanda y le cuenta historias al oído. Junto a él, exultante de frio placer, se tiende de espaldas sobre la blanda nieve y con cuidados movimientos, agita en vaivén horizontal sus brazos y piernas dibujando una silueta de ángel que llega a sentir como su gemelo: una especie de doble que queda estampado en bajorrelieve, desplegando alas que ahora lo elevan como ave que vuela.

Vuelto de repente a su asfixiante y caldeada realidad, retorna bruscamente de su fresco viaje imaginario. Regresa feliz, leve su alma, despegada de su eterna y agobiante queja. Al ver aquella expresión incomprensible, el despiadado carcelero le cruza el rostro con un fuerte golpe que ahora lo desmaya. Sumergido entre orines y sudores, encerrado tras los muros de aquel infierno maloliente en que yace olvidado por amigos y enemigos, se anima a bosquejar otra sonrisa justo antes de regresar –esta vez definitivamente- hacia aquel paraíso de nieves en el que su alma aguarda ser otra vez liberada.


jueves, 14 de enero de 2021

CADA JUEVES UN RELATO: Y si de pronto nos faltara...?

 Esta semana Dorotea nos propone imaginar cómo sería el mundo sin algo. No he estado muy inspirada, pero les dejo una pequeña reflexión a modo de aporte juevero. Para leer todos los textos participantes, pasar por Lazos y Raíces 



Sin nuestra facultad para apreciar la belleza, dejaríamos de ser esencial y complejamente humanos. Un mundo sin el concepto de belleza, sin arte, no sólo nos dispondría a la depresión y al pesimismo, sin dudas bloquearía nuestra voluntad de crecimiento anulando nuestra creatividad innata, verdadera energía motriz para el avance de ésta o cualquier otra civilización que pretendamos construir. Sin nuestra capacidad de reinvención a partir de lo observado, no seríamos muy distintos al resto de los seres vivos, limitados al simple impulso de sobrevivir.

“Lo que sé, y de lo que no tengo dudas, es que la belleza nos salva. Que cuando el mundo se planta frente a nosotros como un sitio oscuro, y el laberinto no muestra ningún indicio de la salida, cada gota de arte verdadero que hayamos absorbido nos abre puertas hacia un lugar mejor.”


miércoles, 6 de enero de 2021

CADA JUEVES UN RELATO: Regalos de reyes

Esta primera cita juevera del año es conducida por la querida Mar. Para leer todos los relatos, pasar por su blog.



Mi aporte:

LOS TRES MAGOS o LA BÚSQUEDA DE LA SABIDURÍA

No eran reyes, sino buscadores de sabiduría. A través de las estrellas intentaban hallar indicaciones para descubrir la fuente de las señales que creían haber recibido en forma subrepticia. Casi sin coordinar la partida, los tres salieron al unísono, al tiempo que en el cielo observaban la nueva estrella que parecía guiarlos. Dirigieron sus pasos hacia un pequeño poblado en Judea, durante el ajetreado proceso de un censo que su rey funesto había organizado.

Los tres sabios no conocían bien la naturaleza de lo que buscaban, sólo advertían que un signo les había sido dada por distintas vías y que la interpretación de su real significado les sería revelada justo en el momento en el que contemplaran su Manifestación recién nacida.

Pensaban, en su humilde interpretación, que la fuente de la gran Verdad debería honrarse como solía hacerse con los grandes reyes, ofreciéndoles oro, incienso y mirra como veneración y reconocimiento, por lo que al ver la humildad de aquel pesebre en donde después de varios días de búsqueda lo hallaron, realmente quedaron desconcertados.

Algo confundidos entregaron igualmente sus ofrendas con sumo respeto y desde una distancia prudencial -casi en silencio- se dedicaron a contemplarlo, mientras pobres pastores se acurrucaban a su alrededor asimilando el momento con mucha devoción. La serenidad de la noche parecía quebrarse con un rumor de ángeles celestiales que cantaban directamente dentro del corazón de los emocionados asistentes. Las estrellas desde lo alto iluminaban en su levedad cortando el frio nocturno. Todo se conjugaba en armoniosa paz frente a la inmensidad del cosmos. La certeza de estar frente a una singularidad irrepetible se adueñó de las almas de los sabios que se sintieron infinitamente puros, de repente. Lograron comprender por un precioso instante de qué se trata Todo -en definitiva- acunándose allí frente a su inquietud, abriéndose paso entre las tinieblas de la ignorancia y la pesadez del mal y el odio acumulados por la humanidad desde el polvo de los milenios. La belleza de la Verdad esparciéndose sin límites frente a ellos logró colmar sus ansias de Sabiduría y con la calma que produce en las almas la cercanía de lo Eterno, el sentido más profundo de la Existencia se instaló desde aquel momento en ellos para siempre.