Esta vez María José nos convoca con una propuesta muy original, a través de imágenes e inicios posibles, entre los que he escogido los siguientes. Las musas hicieron el resto, llevándome hacia un desenlace que no tenía claro en un comienzo. Para leer todos los textos, pasar por el blog Lugar de encuentro.
TEMBLORES
Tembló el suelo y vio como la
lámpara se movía haciendo chocar unos con otros los delicados caireles de
cristal. No atinó a nada, más que esperar a ver qué hacían los otros invitados.
Los distinguidos caballeros
enfundados en sus elegantes trajes de ceremonia se esmeraban en intentar calmar
a las damas bastante turbadas por la impensada situación, justo en medio de
aquella gala que sus majestades habían ordenado preparar para agasajarlos.
Él, novel participante de estas
cuestiones del ceremonial real, intentaba no dar señales de su marcada
preocupación, pero la verdad era que hubiese deseado salir corriendo fuera de
aquella majestuosa sala en la que la que lo más granado de la sociedad pugnaba
por destacarse dentro de sus pares. Aquellos estruendos se sentían bien
próximos al palacio y aunque seguramente muchos sabían de las recientes
revueltas, nadie parecía alterado más allá del inconveniente de haber tenido
que interrumpir sus distendidas conversaciones por unos minutos. La prueba
estaba en que inmediatamente el maestro de ceremonias convocó a los músicos y al
minuto siguiente se iniciaron los valses. Los caballeros iniciaron la ronda de
invitaciones y las delicadas damas aceptaban o no con una cuidada sonrisa las
galanterías propias de quienes se alternaban a su alrededor.
La música sostenida fue
invadiendo todos los salones elevando a los invitados hacia una realidad de
fantasía que poco y nada tenía que ver con la crudeza reinante más allá de la
corte. De repente sus majestades hicieron su entrada triunfal descendiendo por
la escalera central hacia donde confluyeron todas las miradas luego que se
anunciara su ansiada llegada. Ambos sobresalían por encima del resto de los
asistentes, no sólo por su ostentoso ropaje sino fundamentalmente por su
inigualable porte. Sin dudas la nobleza resultaba ser una cuestión otorgada
desde el nacimiento. Todos los presentes demostraban su pleitesía con devoción
y reverencias.
Sin hacer caso al protocolo, dos cercanas
explosiones interrumpieron nuevamente la placidez de la fiesta. Esta vez no
sólo se escuchó el tintinear de las lámparas sino que una sarta de caireles
cayó al suelo espantando notoriamente a las invitadas. Inmediatamente entró la
guardia real con la orden de poner a resguardo al rey y a la reina que parecían
no comprender nada de la situación. Él, en cambio, confirmó ya sin dudas lo que
tanto temía: la revolución había comenzado. El pueblo sucumbía de hambre y sus
majestades morirían pronto sin siquiera haberlo advertido.
Nos trasladas a otra época donde las desigualdades eran tantas que el pueblo tomó las riendas, claro que nada es tan lejano si repetimos la historia. Un abrazo
ResponderEliminarConcuerdo Ester. Corremos serios riesgos de que la historia se repita. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer
EliminarHe estado hace unos días en Versalles, con su salón de los espejos, que imagino es donde sitúas la acción. No es imaginable el oropel y lujo de las estancias, donde llegarona a vivir hasta veinte mil personas, contando nobles y su servidumbre, así como madames y cuerpos de seguridad. La revolución era inevitable, por completo. Nadie puede atesorar unas posesiones de tal empaque ni creyendo que es designio divino. Muy buen texto.
ResponderEliminarPobre noble, debutante en esas lides de protocolo y realeza :-). Un abrazo
No pensé exactamente en un lugar específico pero bien podría ser Versalles, claro que sí. Un abrazo y muchas gracias por pasar y leer con atención Albada.
EliminarBuenos días tu relato nos lleva a imaginar las revueltas de antaño , donde el pueblo entraba a saco al palacio e invadía la nobleza ..como bien has dicho el hambre y el abuso no es bueno mientras otros bailan al son de la musica ..Muy bueno Neo . Un gran dia para ti .
ResponderEliminarCreo que la metáfora del baile en medio de las revueltas lejanas muestran bien la desconexión de esos gobernantes con la realidad que les tocaba dirigir. Muchas gracias Campirela. Un abrazo
EliminarRecordando la historia, has compuesto una entrada que me ha maravillado por su perfecta redacción y un dominio del lenguaje que te hace situarte en el contexto deseado sin necesidad de otras innecesarias explicaciones.
ResponderEliminarMuy bueno.
Besos.
Te agradezco mucho por tus calificaciones Juan. Muchísimas gracias. Un fuerte abrazo
EliminarExtraordinario texto, con maestría nos transportas a esa época de tantas injusticias y revolución en puerta. Me gusta tu tono narrativo calmado, explicativo. Qué linda palabra es cairel.
ResponderEliminarBesos, Mónica
Me alegra que te gustara Myriam. Muchas gracias. Y si. Cairel es una preciosa palabra 😊😚
EliminarMuy bien contado casi se ha oído el tintineo delas lagrimas de las lámparas.
ResponderEliminarMuchas gracias Tracy 😊😚
EliminarQue buena historia nos dejas, con moraleja incluida: que los ricos viven en escenarios diferentes al resto y que cuando vienen a abrir los ojos y ver lo hay, a veces, es tarde. Muy bueno el relato, Nónica.
ResponderEliminarBss.
Mónica, perdón, se me fué el dedo de la M a la N :)
ResponderEliminarMuy bien escogido el relato y bien contado para mostrarnos los dos niveles con cisrcunstancias tan distintas y manifiestas y cuto rsultado era esperable. Gracias por participar, amiga. Un beso
ResponderEliminarUn placer haber podido participar en tu interesante propuesta María José. Un fuerte abrazo y muchas gracias.
EliminarMe has trasladado hacia aquella época cuando había tantas desigualdades e injusticias, muy buen relato.
ResponderEliminarBesos enormes.
Muchas gracias María. Me alegra haberte transportado 😁
EliminarHe empezado a leer y por un momento he pensado en los últimos zares. No sé. Y así he seguido pensando hasta el final. Recreándome en la suntuosidad de esa sala, en la perplejidad e inexperiencia del muchacho.
ResponderEliminarSiempre ha habido clases y siempre de manera muy notoria.
Me ha recordado a la revolución bolchevique, aunque realmente, cualquier acto de sublevación me hubiera servido.
Cómo te ha dado una sencilla lámpara de cristal.
Enhorabuena.
Un beso muy grande y nos vamos leyendo.
Te confieso te también yo, al escribir, en un momento pensé en la Rusia zarista. A algunos amigos se les presento una imagen versallesca. Creo que ambas valen. Muchas gracias Mag por pasar y leer. Un abrazo
EliminarNo sé por qué pero me esperaba que tu relato estuviera ambientado en la Revolución Francesa en cuanto empecé a leerlo. Me gustó mucho, Neo.
ResponderEliminar¡Un besazo!
Bueno! Estan divididas las interpretaciones Dafne jeje. Un abrazo y gracias por pasar
Eliminarla historia humana es una constante evolución, lo hacemos por afán de superación, por ambición y o por dominación. Hubo y habrá guerras aunque ahora son incruentas y si económicas.
ResponderEliminarLa historia cercana se caracteriza por que la masa, el pueblo toma conciencia de su poder y arrasa toda forma anterior de gobierno que con los nuevos tiempos quedan obsoletas . O evolucionas o desapareces sería el lema.
Intenté ubicarme en ese lugar en donde, desde el privilegio, no llegan a comprenderse las necesidades de los menos favorecidos. Muchas veces la nocion de realidad llega tarde. Muchas gracias Rodolfo. Un fuerte abrazo
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