jueves, 31 de octubre de 2019

ESTE JUEVES UN RELATO: EL ENTIERRO

Me sumo esta semana a la propuesta juevera que nos hace Charo desde su blog. Me disculpo por no haber logrado acotar más el texto. Para leer todos los relatos, dar clic aqui.

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La tormenta había menguado y pensó que esa era la señal que aguardaba. Apenas amaneciera tomaría la pala y se dirigiría al rincón más remoto del prado y comenzaría a excavar. La tierra estaría más floja a causa de la lluvia caída y eso le facilitaría la tarea. Su recientemente descubierta fuerza de voluntad supliría la fortaleza física de la que carecía y nada podría detenerla ahora que había tomado la drástica resolución. Hacerlo no había sido nada fácil, no fue producto de un impulso irreflexivo en un momento de crisis. El proceso interior que la llevó a decidirse fue cincelado por largas horas de maltrato y humillaciones. Debió enfrentar en soledad todos los temores acarreados desde su infancia, el mandato paterno al sometimiento conyugal y la impotencia de saberse menos que un cero dentro de un matrimonio sin amor.

Luego de tantos desengaños, con inusitada confianza por fin se disponía a dar un giro en su vida. Su marido estaría por varios días más en el pueblo, por lo que aprovecharía su ausencia para escaparse. Se le ocurrió que sería apropiado poner fin a ese período doliente de su vida con un gesto simbólico acorde: tomaría todo lo que de alguna manera se enlazaba con su sufrimiento, lo metería en un pozo y le prendería fuego, para así enterrar su pasado para siempre.

¡Por fin el alba! Casi ni desayunó por la impaciencia. Sin preocuparse por el desorden se dirigió al desván en donde se arrinconaban los trastos y de un viejo arcón desempolvó su ajado vestido de novia y el pequeño ramillete de azahares que alguna vez armara llena de ilusión, se sacó con desdén el delgado anillo que llevaba desde entonces y fue envolviéndolo todo como un bulto de desechos. Le agregó al paquete un diario íntimo en el que fuera contando a modo de catarsis sus penurias de mujer sometida. Con la presteza que se requiere en los momentos trascendentes, tomó una botella de kerosene, los fósforos y una pala y se dirigió al sitio en donde decidiera enterrar sus muertos.

Bajo un árbol de poca sombra descubrió un sector donde la pala se hincaba con mayor facilidad. Daba la impresión que el suelo hubiese sido recientemente removido. Luego de varias horas de trabajo,  el pozo obtenido fue de la profundidad que consideró adecuada para enterrar sus cosas, pero justo allí se topó con algo que no pensó encontrar: un cofre de medianas dimensiones y herrajes oxidados salió a la luz y con él, la lógica curiosidad por saber qué contenía. Debió recurrir a un viejo cuchillo de cocina para abrir el cerrojo. Tuvo que hacer mucha fuerza para lograrlo, tanta, que el antiguo mango de madera se quebró dejando el nervio de la hoja expuesto. Clavó en la tierra el improvisado instrumento justo al lado del cofre recién abierto, mientras observaba pilas de monedas relucientes asomando desde el interior. 

Ansiosa, terminó de desenterrar la caja y la revisó con atención. Descubrió en ella varias fotos de su esposo rodeado de mujeres en un burdel, bebiendo y jugando póquer con otros hombres de igual talante. Se indignó recordando las penurias que siempre debió hacer para lograr servir una mesa digna con el poco dinero que su avaro marido le dejaba para los gastos de la casa. No salía de su estupor cuando de improviso sintió una mano sobre su hombro empujándola con violencia.

-¡Maldita! ¡Quién te ha dado derecho a hurgar entre mis cosas!-

Su respuesta fue tan inesperada como irreflexiva: tan sólo girar y pegarle con la pala que aún sostenía en sus manos, haciéndolo caer en el mismo pozo que recién había cavado. Su impulso defensivo fue la causa y el azar caprichoso, el que determinó que el hombre cayera justo sobre el cuchillo clavado en la tierra. El ruido del cuerpo atravesado por el metal fue seco y definitivo. Ningún otro insulto brotó de aquella boca embrutecida.

Después de unos segundos, la mujer decidió que era hora de continuar con el rito que antes había iniciado: lanzó sobre el cuerpo inerme su viejo diario, el ajuar nupcial y el maltrecho anillo de compromiso, arrojó también las fotos recién descubiertas. Roció todo con abundante kerosene y encendió uno a uno los fósforos que tenía en el bolsillo. Con pasiva serenidad contempló como se hacían cenizas sus malos recuerdos. Luego llenó cuidadosamente el pozo con la tierra húmeda, sacudió torpemente su humilde vestido, y sin derramar una lágrima, se alejó de allí jurando jamás volver.   

sábado, 26 de octubre de 2019

REFRESCANDO LA PROPUESTA JUEVERA


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Imagen creada por Vivian (Cass)

Hace ya varios años surgió entre un grupo de bloggers la creativa propuesta de reunirse cada semana a escribir sobre un tema común, oportunamente propuesto y coordinado en forma rotativa por un blog diferente.

Se estableció que el jueves sería el día en el que, desde ese eventual blog coordinador, se publicarían los enlaces de todos los relatos participantes y desde entonces y hasta el sábado - domingo siguiente todos quienes se sumaran a la convocatoria pasarían a leer las historias publicadas favoreciendo el intercambio bloguero. Se establecieron reglas mínimas denominadas Normas de Tésalo (en homenaje al bloguero que oportunamente las redactara) en donde entre otras cosas, se sugería no escribir relatos de más de 350 palabras, ajustarse al tema propuesto, unificar todas las publicaciones con una imagen común para fácilmente ubicar las actualizaciones desde la lista de blogs amigos y comprometerse, dentro de lo posible, a cumplir con la responsabilidad de publicar, armar las entradas de apertura y cierre de cada fecha en tiempo y forma y mantener la reciprocidad de lectura y comentarios entre todos quienes decidieran sumarse.

Con el tiempo, el grupo de jueveros fue creciendo y también fue enriqueciéndose la organización. Fue gracias a Pepe que se abrió el blog Inventario Juevero, desde donde gracias a su invaluable dedicación, se fueron registrando todos los temas propuestos desde el 2010 con sus respectivos organizadores. Desde allí, cualquiera que quisiera mantenerse al tanto de las publicaciones jueveras pasadas y futuras, tendría fácil acceso y comunicación. A la vez, via mail y facebook, regularmente Pepe iba armando el listado de coordinadores según fueran proponiéndose. 

Debido a cuestiones personales nuestro amigo decidió pasar la posta a otro compañero y es la querida Vivian quien actualmente se toma el tiempo para actualizar y coordinar temas y anfitriones.

Como en toda actividad, luego de un período inicial de entusiasmo y vitalidad, se han ido dando desgastes y desmotivaciones personales que han hecho que algunos de los amigos jueveros del comienzo se alejaran de los encuentros semanales. A la vez, han sido otros quienes han decidido sumarse y quizás por desconocimiento o falta de ejercicio, se han desvirtuado algunas cuestiones que, creo, deberíamos mantener activas si decidimos continuar con estos encuentros que, en lo personal, aún me entusiasman y convocan.

Es por eso que hoy he decidido escribir este pequeño recordatorio para quienes participan:

-        * Si quieres que te lean y comenten tus escritos, tómate el tiempo para leer y comentar los de los demás con igual dedicación.

-         * Si eliges ser anfitrión, además de lanzar el tema en tiempo y forma (el sábado o domingo suele ser el día indicado) trata en lo posible de publicar un texto propio en tu convocatoria. Convocar y no participar no resulta convincente.

-        * Intenta que el tema propuesto sea facilitador para la narrativa, posibilitando distintos enfoques, así los aportes serán más variados.

-       * Los encuentros jueveros tienen como finalidad básica incentivar la creatividad literaria, no simplemente subir fotos, enlazar un video o difundir algún artículo de relativo interés. Para eso están disponibles las entradas normales en tu propio blog, no las que presuponen esta convocatoria.

-      * Cada sábado - domingo se dará cierre a la convocatoria que termina desde el blog anfitrión, aclarando también allí quien será el nuevo conductor.

-       * Quien se ofrezca como coordinador deberá, dentro de lo posible, respetar la fecha que le fuera adjudicada. Caso contrario, se ruega dar aviso para que algún otro compañero se haga cargo de la conducción.

Aprovecho para comentar quien será nuestra próxima conductora: Charo

viernes, 25 de octubre de 2019

ESTE JUEVES, CON ATRASO, OLAS CUADRADAS

Me sumo -con humor e ironía- a la propuesta que nos hace Mari Carmen desde su blog. Para leer todos los textos participantes, dar clic en el enlace.




OLAS CUADRADAS

Rogando en vano a mis musas
que trajeran al viento y al mar
de algún escondido paraje
con oleadas caprichosas

fui dejando pronto inconclusa
cada rima -que al asomar-
me ofrecía con tibio voltaje
sus virtudes sospechosas.

Desistí, lo asumo sin excusa:
no he podido hoy lograr
palabras de más bagaje
o letras más provechosas

tengo en cambio que aceptar
-más vencida que resignada-
que este jueves me fue fatal

y tanto en prosa como versado
me fue imposible poetizar
la tozudez de estas olas.

viernes, 18 de octubre de 2019

JUEVES DE AVIONES Y TERROR

Sumándome a la propuesta juevera de esta semana que conduce Roxana desde su blog.


                                                             



EL ÚLTIMO VUELO

Apenas llegar al aeropuerto la vi en la fila de embarque del que sería mi último vuelo. Se destacaba de entre el resto de la gente por un extraño halo que parecía envolverla, una especie de irreal resplandor que se desprendía de su rostro pálido mientras observaba a todos con sus ojos turbios y la frialdad de quien se sabe más allá de lo aparente. Pero más que sus ojos indescriptiblemente intimidantes, lo que más desasosiego logró despertarme en aquel momento fue su sonrisa: una perpetua sonrisa incomprensible dibujada secamente sobre su rostro a modo de estudiado camuflaje.

Me impresionó desde el principio, pero al poco rato busqué diluir mi inquietud ocupándome de los rutinarios trámites de embarque. Sólo después de instalado en mi asiento, resignadamente dispuesto a sobrellevar las veinte horas de vuelo de la mejor manera posible, volví a pensar en su inquietante sonrisa cuando por casualidad, entre la multitud del pasaje, la vi ubicándose en primera clase. Un nudo de angustia se me instaló en el estómago desde ese momento y nada de lo que intenté hacer después para distenderme consiguió sacármela de la cabeza.

No logré tragar bocado ni distraerme con juegos, lecturas o películas. Sólo conseguí al fin evadirme gracias al fuerte somnífero al que recurro cuando los nervios me ganan la pulseada en circunstancias difíciles. Sumergido en el grato murmullo que el resto de los pasajeros me regalaban como canción de cuna, me dejé llevar por el sueño buscando espantar los temores que se empeñaban en asomar en mi cabeza. No sé bien cuánto tiempo dormí. No recuerdo nada que me sirva como referencia de lo que pudiera haber pasado. Sólo sé que desperté sobresaltado con el mismo nudo apretándome el estómago y un extraño sabor amargo inundándome la boca.

Al mirar a mi alrededor sólo logré ver butacas vacías. Me puse de pie para conseguir una mayor perspectiva de la cabina y a nadie conseguí divisar entre la penumbra, ningún otro pasajero, ninguna azafata atendiendo algún pedido, todo estaba quieto y silencioso. Avancé aturdido por el pasillo y el mismo panorama desolador se presentó ante mis ojos en la sección de primera clase, ningún ser viviente quedaba a la vista, sólo los inequívocos rastros de que en algún momento sí habían estado allí, sentados y entretenidos en sus cosas: abrigos, bolsos, teléfonos celulares, bebidas aún calientes servidas en las bandejas, pero nadie a quien recurrir para intentar aclarar lo qué pasaba.

Sentí cómo mi sangre se heló en el momento en que la recordé y supe, sin dudarlo, que ella era la causante de todo aquello. Al centrar mi atención en el zumbido de los motores del avión que inexplicablemente aún seguía en vuelo, tuve la firme convicción que la encontraría piloteando la nave. Haciendo un esfuerzo sobrehumano para vencer el terror que se apoderó de mí en aquel instante, me dirigí hacia la cabina de mando y abrí la puerta. Para mi sorpresa, los puestos de los pilotos estaban también vacíos. Los pocillos de café humeantes, las chaquetas colgadas prolijamente sobre los respaldos de los asientos, nada que pudiese indicar alguna lucha o alguna circunstancia fuera de lo habitual, simplemente nadie más que yo quedaba en aquel Boeing que seguía su rumbo entre las nubes de la noche.

De repente el “clic” de la puerta de la cabina de mando delató que alguien la accionaba desde el pasillo. No alcancé a darme vuelta, sobresaltado, y la vi. Otra vez el filo de su mirada parecía observar todo desde un mundo distante, mientras, con su sonrisa incomprensible desafiaba mis interrogantes despertando mis miedos más profundos. Disfrutaba de mi terror y gozaba haciéndomelo saber. No cabían dudas.

Paralizado ante su presencia no atiné a pronunciar ni un grito, menos, una palabra.  Después, acercando su rostro hacia el mío y dejando entrever unos dientes oscuros y filosos balbuceó:
-sólo faltas tú-

domingo, 13 de octubre de 2019

CIERRE CONVOCATORIA


Agradeciendo la entusiasta participación, cumplo con la formalidad de dar cierre a otro de nuestros encuentros jueveros. 

Les deseo tengan todos una muy próspera semana y le paso la posta a nuestra amiga Roxana, quien tendrá esta vez la responsabilidad de conducirnos en una nueva aventura literaria. 

Abrazos para tod@s!

sábado, 12 de octubre de 2019

CON RETRASO, MI APORTE JUEVERO


HISTORIAS DETRÁS DE UNA FOTO



¡Vaya! ¡Había un sol, después de todo, sobre el cemento y el vidrio espejado!

Más allá de tanto número e informes y estadísticas, más allá de las tensiones constantes y la comida envasada y la soledad dentro de la multitud y el reloj tirano señalándome implacable cuándo trabajar, cuándo comer o cuándo dormir. Había un cielo después de todo y yo no lo vi. No miré hacia arriba y jamás lo descubrí.

Quizás por costumbre de andar siempre con la vista  fija puesta en lo inmediato, en lo que tenía enfrente, apenas a la altura de mis ojos y de mi propio ombligo. O quizás fue por miedo que no me animé antes a levantar la mirada más allá del horizonte que me trazaba la rutina en mi día a día.  De veras tuve miedo de buscar algo inusitado y sólo me quedé con la frustración de hallar mil puertas cerradas a la hora de inventarme otro camino. Quizás, en definitiva, sólo me asusté y quedé estancado en mi cobardía, esa que aplasta sueños y requiere menos compromiso. Quizás me apresuré. Sólo me enceguecí y me apuré por escapar sin evaluar bien la realidad antes de saltar y darme por vencido.

Había un sol, después de todo, y un bello cielo con nubes y aves libres que lo sobrevuelan y yo no lo vi antes. Me doy cuenta de ello recién ahora, que ya es muy tarde. Lo sé. Lo siento en la sangre que se me escapa inundando el piso de la calle que muy pronto pisarán otros como yo: desahuciados en medio de un mundo inhóspito que nos empeñamos en construir... mientras vamos odiándolo.


Para leer todos los textos, dar clic aquí.

miércoles, 9 de octubre de 2019

HISTORIAS DETRÁS DE UNA FOTO - JUEVEROS-

Lista de participantes
















(Para estar informado sobre las convocatorias pasadas y futuras, pasar por el blog Inventario Juevero)





domingo, 6 de octubre de 2019

PROPUESTA JUEVERA PARA EL JUEVES 10 DE OCTUBRE


Nuevamente me toca conducir otro encuentro juevero y esta vez les propongo armar historias a partir de lo que les pueda sugerir alguna de las siguientes fotografías. Elijan una de la serie y dejen que su imaginación les dicte el relato.

Como siempre, intenten que el texto no supere las 350 palabras y luego de publicarla (a partir del miércoles) me avisan dejándome el enlace aquí, en los comentarios. Recuerden que la participación implica la reciprocidad de visitas y comentarios. Espero les entusiasme la propuesta.

¡Que tengan una buena semana!


HISTORIAS DETRÁS DE UNA FOTOGRAFÍA








 



(Todas las imágenes son de mi autoría)


jueves, 3 de octubre de 2019

ESTE JUEVES UN RELATO: LA ESPERA

Me sumo a la propuesta juevera de esta semana con algunos sencillos versos. Las musas no han estado muy solícitas!. Para leer todos los textos participantes, pasar por el blog de Moli.



LA ESPERA


Dilata el tiempo
su natural transcurrir
cuando se aguarda
        - inquieto-
aquello que no llega.



Se vuelve la espera
muy cruenta tortura
observando el reloj
                                     -maldito-
inmóvil en su hora.



No altera el mundo
su sostenido girar
negando al alma
                                    menguar
el ansia que le quema.