viernes, 23 de marzo de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO, JUEGOS Y JUGUETES

Con algo de retraso y tomando con mucha libertad el tema que esta semana nos propone Dorotea como título de convocatoria, me sumo con una ficción de esas que me gustan, con una leve pincelada de sobrenatural fantasía, magia y misterio.  Para leer todos los textos participantes, pasar por el blog Lazos y Raices.


Resultado de imagen para munecas realista

(muñeca hiperrealista, creación de  michael_zajkov)


MUCHO MÁS QUE MUÑECOS

Apenas llegar a aquella próspera ciudad e instalar su negocio en la avenida principal, se transformó en una celebridad.

Los muñecos que realizaba en su taller en forma artesanal eran una preciosura. Los personalizados detalles de sus rasgos, las ingeniosas articulaciones ocultas que le otorgaban la apariencia de una natural  movilidad, los primorosos vestidos confeccionados a mano con los mejores materiales, todos diferentes y diseñados según las últimas tendencias parisinas, hacían que aquellas beldades lucieran como singulares obras de arte desde los escaparates del flamante negocio, transformando el lugar en centro de atención de aquella sociedad sofisticada, amante de las exclusividades y los lujos. Todos los niños de las más distinguidas familias se peleaban por tener al menos una de esas bellezas, que, además de originales y elegantes para lucir en una vitrina resultaban ser resistentes y dúctiles para todo tipo de juegos, instando a los pequeños a interactuar entre ellos a partir de los artísticos juguetes.

Pero si bien la producción de muñecos para niños desde un comienzo resultó ser extremadamente bien recibida y lucrativa, fue con su exclusiva línea de muñecos-réplicas para adultos que la misteriosa recién llegada logró instalarse como miembro selecto dentro de la elite dominante. Sus minuciosas obras lograban imitar a la perfección aún los mínimos rasgos de cada cliente, resultando ser una acabada (y costosísima) reproducción en miniatura de cada quien, hecho que no sólo servía como confirmación de los ya abultados egos, sino que resultaban ser la imprescindible y preciada posesión que atestiguaba la pertenencia a los más exclusivos círculos. No tardaron mucho en aparecer quienes les adjudicaban mágicos poderes beneficiosos como exclusivos talismanes de lujo que, al adquirirlos y conservarlos con veneración, eran capaces de incrementar el bienestar y la fortuna de quien los adquiría.

La fabricante de muñecas pasó a ser la consentida de lo más alto de la sociedad. A medida que su fama y prestigio aumentaba también lo hacia su poder económico y su influencia social, no había fiesta exclusiva a la que no fuera invitada, ni evento cultural al que no se la convocara como referente. Su brillo llegó a opacar todo lo que, muy eventualmente, había logrado antes acaparar la atención aquellos aristócratas refinados y exigentes.

Pero tan intempestivamente como su éxito llegó, también se esfumó. Fue un experto ilusionista con notable carisma que atrapó más tarde la atención de los snobs con su magia y sus encantos, haciendo que la mujer pasara a ser, de improviso, apenas un recuerdo entre aquellos volubles extravagantes. De un día para otro sus exclusivos muñecos-réplicas fueron retirados sin mayor consideración del sitio de honor que hasta ese momento venían ocupando en mansiones y palacios para ser guardados –con suerte- en oscuras buhardillas. Eso enardeció a la mujer que más que olvidada se sintió ofendida por lo que sin la más mínima piedad tramó su venganza de la forma más inesperada. 

En medio de la soledad de su taller donde meses atrás desplegara con entusiasmo todo su mágico arte creativo, la despechada fabricante de muñecos reunió todos los prototipos de sus muñecas vendidas -idénticas en detalle a las versiones terminadas-  ya condenadas al olvido por parte de sus respectivos dueños. Iniciando una especie de rito augurado por ininteligibles palabras, enceguecida por la furia y la sed de venganza la menospreciada artista se dejó llevar por un vendaval de ira y descontrol tan irracional como depravado: a algunas muñecas le arrancó los ojos, a otras las quemó lentamente, a muchas les trozó las piernas, les arrancó uno a uno los cabellos, las pestañas y las uñas, las mutiló horriblemente con profunda maldad y saña.

Nada de esto hubiese tenido cabida en las páginas policiales de aquella próspera ciudad de no ser por las inexplicables coincidencias que unieron aquel arrebato de resentimiento con los múltiples asesinatos que, inexplicablemente, sucedieron al unísono esa noche. Macabras ¿casualidades? que unieron en su final a aquellos excéntricos acaudalados, todos masacrados en idéntica forma tal como habían sido destruidos, horas antes en aquel taller, los prototipos de sus respectivas réplicas.

viernes, 16 de marzo de 2018

APORTE TARDÍO A UNA CONVOCATORIA QUE YA TERMINÓ

Tema juevero propuesto por Rhodea desde su blog: Equilibrio emocional



Delgada línea la que separa la cordura de la locura.

Sobre ella intento andar haciendo equilibrio venciendo mis miedos, superando obstáculos, despuntando sueños, evocando lo que se fue aunque en algo se haya quedado. A veces la realidad gana la partida. Otras tantas, quien vence es lo que no existe pero igual se teme.

De la esencia humana, lo que no se ve es lo que más vale.

lunes, 12 de marzo de 2018

EL MEDIADOR

Hacía bastante que las musas no aparecían más allá de los encuentros jueveros. Hoy lo hicieron, casi sin buscarlas. Les agradezco por haberme inspirado esta historia.




Pedirle perdón. Contarle cómo fueron las cosas, cuáles fueron en realidad las razones por lo que hice lo que hice y explicarle –ya sin temor a que no me crea- cuánto la quise siempre y por qué motivo aquella mañana cenicienta y fría –jamás podré olvidar el nudo de angustia que me cerraba el pecho- decidí marcharme sin decir palabra para no volver.

Pedirle perdón. Lograr que ella comprenda por qué tuve que hacerlo, que sepa que de ninguna manera busqué dañarla, que en aquel momento preferí que pensara lo peor de mí, alejándome y dejándola sola porque quería protegerla, para que no tuviera que ser testigo de lo que después ocurrió. Me arrepiento ahora –mis lágrimas son la prueba- de haber cubierto tan bien mi retirada, de no haber dejado ningún cabo suelto para que después con el tiempo, cuando el desenlace fatal ya hubiese transcurrido, ella, repasando en soledad uno a uno los hechos, pudiera ser capaz de hallar el motivo de mi decisión, porque pese a quererla con el alma debí marcharme para preservarla de todo daño, de cualquier venganza que aquellos infames pudieran tramar involucrándola, ya que sabían lo que ella significaba para mí.

¡Si pudiera liberarme de esta culpa! ¡Si lograra que comprendiera cuáles fueron las verdaderas razones de lo que hice y dejara de odiarme! Mi alma se sentiría redimida por gracia de su compasión y podría entonces seguir viaje sin que este inmenso dolor me ate a nuestro pasado.

Pero no es así. Nada de lo que he hecho hasta ahora – ni siquiera tengo ya en claro cuánto tiempo llevo intentándolo- logra suavizar el resentimiento que anida en su corazón y que los malos recuerdos y los interrogantes a los que la pobre nunca pudo responder van desorientándola cada día más, sumiéndola en esa profunda tristeza que la ahoga desde entonces. 

Cuando la observo –obviamente sin que ella note mi presencia- siento que todo lo bueno que alguna vez nos unió va disgregándose impiadosamente, como si nunca hubiese existido. El dolor de saberlo me atraviesa como un tajo haciéndome retorcer con mi culpa y mis remordimientos. Mientras ella no me perdone no tendré jamás descanso ni consuelo. Siento que vago de aquí para allá, sin sentido ni destino. He llegado al punto de creer que mi conciencia busca refugiarse en algo parecido a la locura, y eso me atormenta aún más, porque lo único bueno que me queda son sus recuerdos, los gratos, los que compartimos alguna vez y hoy parecen tan lejanos. Temo quedar enredado en esta trama de irresoluciones en forma indefinida, anclada mi esencia apenas por el hilo de mis pecados que suplican por clemencia.

Pero de repente apareciste y un rayo de luz ha hecho vibrar mi alma con ilusión. ¿Puedes verme? ¿De veras puedes verme? Cuando sentí que tus ojos límpidos lograban ubicarme con precisión y detenimiento sin que tu mirada atravesase mi levedad sin ignorarme -como sucede cada vez que alguien roza mi cercanía- no podía creerlo. ¿De veras puede verme? ¡Y me escuchas! ¡Milagrosamente también me escuchas! ¡Bendita sea la Eternidad que se ha compadecido al fin de esta triste alma en pena y te ha cruzado en mi camino! ¿Podrás contactarla? ¿Podrás hacerlo sin asustarla, sin que piense que estás allí para burlarte y engañarla? Eres muy joven y tu imagen inocente seguramente hará que te abra las puertas de su casa, pero quizás no halles las palabras precisas para contarle todo, los pormenores, mi versión de nuestro drama, mis verdaderos sentimientos.

Siempre fue muy descreída y escéptica, totalmente contraria a considerar posible este tipo de contactos. No será fácil la tarea pero supongo que hallarás la manera de convencerla. Si has sido dotado con este tipo de sensibilidad y percepción extraordinaria, se te habrá otorgado –quiero creer- la capacidad de persuasión que se requiere para hacer posible estos trámites. No me imagino a alguien titubeante y poco convincente llevando los mensajes que nos apremian a quienes atravesamos este indefinido trance de no ser ya parte de este mundo pero que igualmente seguimos aferrados a él mientras nuestra estado de conciencia nos lo permita, rogando por saldar -antes de partir disolviéndonos del todo- las deudas y los asuntos que dejamos sin resolver y aún nos aquejan.

miércoles, 7 de marzo de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO, MUJER

Esta semana, coincidiendo el jueves con el Día internacional de la mujer, Molí nos propone escribir historias para homenajearlas. 
Vaya a saber por qué, me surgió la idea de no escribirlo en prosa, contando una historia que si bien no se basa concretamente en una persona real, sí lo es en sentido genérico, ya que, son muchas las mujeres que luego de sufrir violencia y vejaciones, logran sobreponerse y se organizan en lucha dando el ejemplo. 
Para leer todos los textos participantes, pasar por el blog organizador.


UNA MUJER

Conocí una mujer que
fue botín y victima fácil
aun siendo muy niña, padeciendo mil daños y horrores
llevando en su cuerpo la más lastimosa forma de venganza.

No aceptó la tiranía del sino:
pese al dolor de aquellos años trágicos
no descreyó de la vida y sus mieles, no ató sus días al odio ni tampoco a la desesperanza.

Conocí a esa mujer que
por cada temor superado
iba apuntalando sus sueños en vez de guardarse rencores
y se arrimaba sonriendo, desterrando la desconfianza.

Luchando por toda causa justa
no claudicó ante demonios ni hábitos
a la par de su hombre fue construyendo, su derecho a la disidencia apuntando semejanzas.

Conocí a esa mujer que
lejos de creerse infalible
hallaba enseñanza de vida incluso en sus propios errores
asumía sus fallas y dudas mostrando digna templanza.

Decidió no andar mendigando,
no aceptó competencia de méritos
ni exhibir como escudo ladino su pasado sufrido que, algunos, denostaron en tonta revancha.

Conocí a esa mujer que
-aunque pasaran los años
dejando huella en su estampa- reivindicó siempre sus amores
sus creencias e ideas, militando con mucha constancia.

Jamás la vi sumisa o sollozando
y es que usaba ese dolor pretérito
como impulso, cimiento y fuerza solidaria para que otras, jamás padecieran tan viles infamias.

Conocí a esa mujer de quien
hoy no importa el nombre
-tampoco incumbe el tiempo, o el lugar, o si le cantan canciones-
sólo importa que su lucha sigue viva, cargada de esperanza.




viernes, 2 de marzo de 2018

ESTE JUEVES UN RELATO, MATERNIDAD

Esta semana la inspiración no me acompañó y para sumarme al encuentro juevero que conduce Noa, debo recurrir a un viejo texto que alguna vez escribí y que se adapta medianamente al tema de esta convocatoria. Para leer a todos los participantes, dar clic aquí.




MADRE Y VIDA

Cuando uno dice madre,
está diciendo pan y leche,
está alimentándose de amor.

Cuando uno dice madre,
está deseando sentir un abrazo,
está  refugiándose en calor.

Cuando uno dice madre,
está evocando a la tierra,
está pareciéndose a una flor.

Cuando uno dice madre,
está añorando ser  niño,
escapándose del dolor.

Cuando uno dice madre,
está agradeciendo a la vida,
reconciliándose con Dios.