sábado, 30 de enero de 2010

MIEDOS





Intentando distenderme ...
pensando en positivo
relajarme
busco,
alejando los fantasmas
de los miedos que me azuzan.

Partiré en la mañana fresca
antes que el sol hiera
con sus rayos
en el cenit
buscando un puerto nuevo
que extienda mis fronteras.

Junto al mar de otro cielo
aspiro a renacer, nueva
venciendo
lo que ayer
presentí indestructible
y como espina hoy sigue aquí.

Buscaré arrancar de cuajo
lo amargo y lo oscuro
mil dudas,
esa inquietud,
que se obstina, pese a todo
en mí, latiendo, aún proseguir.

Envíame con tu pensamiento
la fuerza y las ganas
la calma
...la fe
que a veces, absurda,
temo tanto... no poseer.



Gracias a todos por sus visitas y amables comentarios.
Mañana domingo me voy de vacaciones.
Cruzaremos el charco hacia el Uruguay, tierra hermosa
que espero disfrutar otra vez junto a los que más quiero.
Nos vemos a la vuelta!













miércoles, 27 de enero de 2010

EL AMULETO - Parte final




Parte final: Un particular sortilegio


Su cuerpo temblaba de pies a cabeza aún antes de enfrentarse cara a cara con la hechicera.

Para su sorpresa, la anciana mujer parecía estar esperándolo, y dedicándole una amable mirada lo invitó a sentarse a su mesa. Le sirvió pan, miel, nueces, algunas frutas y una humeante taza de té que lo reconfortó considerablemente.

Luego de agradecerle y apelando a las formalidades que aprendió durante sus temporales ocupaciones, no sin que se notara un marcado temblor en su voz, el joven le confesó a la hechicera todo los entretelones de su miserable vida, su infortunio, los peligros que debió enfrentar para llegar hasta allí y la esperanza que llevaba encendida en su corazón desde que aquel viajero le narrara lo trascendental que había sido en su vida haber conocido a alguien de semejante poder y sabiduría.

La anciana recordó de inmediato a aquel hombre que alguna vez había llegado hasta su refugio buscando algún elixir que le ayudara a cambiar su suerte. Reconoció haberle brindado algún consejo y se alegró al comprobar que aún la recordaba con sincero agradecimiento.

Luego de ver que el joven estaba realmente esperanzado en obtener su ayuda, la anciana le explicó que no había una receta universal para confeccionar el talismán adecuado para todos. Cada personalidad requería de una combinación particular de ingredientes para que el amuleto en cuestión funcionara y el interesado debía participar en forma directa en la elaboración y en la recolección de sus implementos.

De inmediato el muchacho accedió a colaborar en todo lo que fuese necesario y le agradeció de corazón que aceptara confeccionarle el tan ansiado amuleto.

Los preparativos comenzaron de inmediato. El joven debía recoger algunas raras hierbas en el pantano, por lo que primeramente debió aprender a reconocerlas. Seguidamente debió internarse en lo más profundo de aquella ciénaga, protegiéndose de las alimañas que abundaban por doquier.

Por instrucción de la anciana debió vencer su natural repugnancia por las víboras y juntar en un frasco el veneno de algunas de las más peligrosas.

Debió escalar nuevamente las montañas, deslizarse por los escarpados riscos buscando cierto mineral muy escaso e imprescindible para la elaboración de su amuleto. El proceso de extracción de aquellas piedras implicó muchísimo esfuerzo de su parte.

Debió agudizar el ingenio para construirse algunas herramientas, aprendió a separar las impurezas con gran destreza y además discurrió un efectivo método para agilizar el fundido del mineral.

Pasaron los días y los meses. Aprendió a orientarse aún en la oscuridad y se esmeraba por seguir las instrucciones de la hechicera al pie de la letra: su amuleto debía ser confeccionado concienzudamente, sin dejar ningún detalle librado al azar.

A la hora de moldear el material principal el joven se enteró que aún faltaba un ingrediente fundamental: una escama de dragón debía ocupar el lugar central de su amuleto y conseguirla era casi imposible.

De haber sido algo menos perseverante, sin duda hubiese desistido en esa última misión…pero su temple fue creciendo con el transcurso de los días y él mismo reconocía haber superado ya las limitaciones con que contaba en sus primeros tiempos de travesía.

Siguiendo las sugerencias de la hechicera, con gran destreza logró fabricar una poderosa lanza asiendo su daga a un sólido y delgado tronco que encontró en las cercanías. Se proveyó de corteza de árboles flexibles, con ellas entretejió sogas resistentes. Se fabricó una coraza de duro cuero para protegerse ante la eventualidad de una embestida.

Al fin, seguro de sí mismo y confiado en poder culminar con éxito ese último requerimiento para su tan ansiado talismán, el joven partió hacia una quebrada no muy lejana donde habitaba el último dragón del que se tuvieran noticias.

Fue intensa la batalla, muy astuta su estrategia, su falta de experiencia en el combate fue compensada por su gran determinación y su coraje, ya puesto a prueba una y otra vez a lo largo de tan complicada aventura.

Inconciente quedó el dragón, con algunas heridas de consideración el joven valiente. Aprovechando los momentos de inconciencia de su contrincante y buscando no causarle daños innecesarios, logró con esfuerzo y gran cuidado extraer una dura escama de aquella piel acorazada.

Más grande que los dolores provocados por sus heridas fue su regocijo al ver que por fin había logrado su cometido. Antes que el sol cayera otra vez, el muchacho regresó, satisfecho aunque casi agotado, a la cueva de la mágica hechicera.

La anciana desplegó sus dotes de curandera y consiguió detenerle las hemorragias y entablillarle sus huesos rotos.

El muchacho bebió y comió con agradecimiento sincero por las atenciones recibidas y ofreció recompensar con creces a la anciana ni bien cambiara su suerte a instancias del amuleto que estaba por consagrarse.

Antes de la media noche la hechicera culminó sus ritos, roció con mágicos polvos el talismán e incrustó, por fin, en su centro, la destellante escama del dragón.

A la mañana siguiente, recuperado totalmente de su convalecencia el joven se aprestaba para recibir, por fin, su maravilloso tesoro.

Brillaban sus pupilas al contemplar, extasiado, la pequeña pieza. Ansioso por sentir entre sus manos aquella porción de buena fortuna y sortilegio el joven recibió con delicadeza lo que tanto había anhelado.

Casi hipnotizado por los poderes que lograba presentir, su mirada se quedó detenida en el dorado de la escama…y ante sus ojos y sin que comprendiera la naturaleza de lo que sucedía, el talismán comenzó a desmaterializarse!

Apenas un polvillo etéreo quedó suspendido en el aire, y en nada se convirtió luego de unos instantes.

Desconcertado, incrédulo, atónito por lo que había sucedido el joven, sin poder encontrar palabras adecuadas para expresarse, buscó hallar las respuestas a sus interrogantes en la mirada de la anciana que lo contemplaba sonriendo.

La mujer, más sabia que poderosa, trató de explicarle con calma lo que estaba sucediendo:

- no te sientas defraudado –

- no es engaño ni fracaso lo que ha acontecido…es la prueba indiscutible que para cambiar tu suerte no ha hecho falta amuleto alguno. Sólo ha bastado que se despertaran tu temple, tu fe, tus ganas, tus talentos, tus ansias por conocer y crecer…y solo, por tu propia cuenta, has logrado hallar y vencer lo que creías imposible.

- No se transforma con magia el destino, se lo construye trabajosamente -


(fin)



martes, 26 de enero de 2010

EL AMULETO - Segunda Parte



Parte dos: Cierto aprendizaje


Durante el recorrido, la soledad de aquellos parajes le fue templando más el alma. En aquella inmensidad, rodeado sólo de rocas, aves y nubes, el joven se sintió intensamente vivo, ávido de las profundas sensaciones que brotaban de lo más íntimo de sus ser: por primera vez se sintió parte del mundo que lo rodeaba, disfrutó plenamente de la naturaleza que se le brindaba sin recelos, sin malos entendidos. Pudo sentir las maravillas del universo contemplando en silencio la noche y sus magníficas estrellas, la luna mágica que iba guiando sus pasos y el sol, que lo acariciaba, cálido, cada mañana. Por alguna razón que no lograba aún comprender todo aquello le parecía diferente, más bello, más mágico, más propio…

Arrobado por ese nuevo cúmulo de emociones, aquel que fuera hasta hacía poco sólo un pobre desdichado, emprendía ilusionado su impensado descubrimiento del mundo.

Lo arduo del viaje se le antojó reconfortante. Se propuso sobrellevar los inconvenientes de pernoctar bajo las estrellas, expuesto al frío de la noche y las alturas como pequeño pago por disfrutar tan intensamente de aquello que si bien conocía desde siempre, nunca antes había alcanzado a ver en verdadera magnitud.

Soñando despierto bajo aquel majestuoso manto de estrellas, abrigado por la esperanza de poder por fin lograr conocer a aquella mujer de tan fantásticos poderes, el muchacho se dejaba llevar por sus pensamientos intentando en vano imaginar en qué forma se concretaría la ayuda que aquella hechicera le tendería.

Por primera vez cruzó por su cabeza la remota posibilidad que aquella mujer no accediera a ayudarlo. ¿Qué pasaría si por algún capricho o algún desatino que él mismo - sin saberlo - cometiera, la anciana se negara a brindarle el beneficio de su magia y su sapiencia? Tal vez, con los años, hubiese cambiado su conducta y esta vez no asintiera a socorrer a un pobre desgraciado, como tan desinteresadamente lo había hecho con aquel hombre que alguna vez le revelara su secreto.

Pensó quizás que tal vez debiera ofrecer pagarle. No ya en dinero, porque de eso ya no tenía nada, tampoco podría retribuirle con algún objeto valioso, como era lógico suponer. No creía que sus pocas pertenencias lograran convertirse en pago aceptable para una maga de aquel calibre, pero quizás pudiera convencerla si se ofrecía para ayudarla en algún quehacer que ella, por esas cuestiones de la edad, ya no lograba realizar por su cuenta.

El insomnio no se hizo esperar y aquella noche el muchacho volvió a sentirse en extremo inquieto por la cercanía del tan ansiado encuentro.

Muy temprano, luego de desayunar con las últimas galletas que llevaba en su bolsa, decidió retomar con ahínco el tramo final de su recorrido. Apenas una hora después el obstinado muchachito alcanzó a divisar el enorme pantano de arenas movedizas que lo separaba de quien, casi podría afirmar, sería su salvadora.

El desafío de cruzar por aquel hoyo hediondo y putrefacto hubiese desalentado a cualquier improvisado, pero el joven había llegado hasta allí gracias a su inquebrantable fuerza de voluntad y ese último escollo, por grande que pareciera, no iba a impedirle alcanzar su meta.

Alguna vez había escuchado que aquellas ciénagas eran muy peligrosas. Grandes animales habían sido tragados por esos lodos viscosos y malolientes y pensar en atravesarlos caminando se le ocurrió como un suicidio.

Así fue que luego de evaluar distintas estrategias para cruzar aquella barrera acuosa y pestilente, el joven recordó sus habilidades recientemente adquiridas y sin dudarlo comenzó, con las pocos herramientas de que disponía, a construir una rústica balsa en al que pudiese cruzar la ciénaga sin peligro.

A pesar de su ahínco, requirió de muchas horas para lograr su cometido, pero haciendo gala de una férrea voluntad y mucha maña, logró armar una embarcación bastante sólida y confiable. Con la ayuda de una larga pértiga logró impulsarse por aquel mar fangoso y con mucho de decisión y algo de suerte logró alcanzar la otra orilla justo antes que cayera la noche.

El chistido de un búho lo tomó desprevenido y no pudo negar que al verse hundido en medio de esa tenebrosa oscuridad, sólo guiado por la luminosidad de la luna, algo en su interior fue creciendo… y pronto se hizo miedo que intentaba doblegarlo.

Pensó que quizás era mejor detenerse bajo algún árbol que le sirviera de refugio durante la noche, intentar hacer una fogata y disponerse a descansar unas horas. A duras penas lo logró. Conseguir ramas secas casi a tientas, en la oscuridad fue otro gran desafío que logró superar y por fin, las cálidas flamas le regalaron su mágica compañía.

Intentar evitar que su mente asustadiza le jugara una mala pasada fue otro reto no menos importante. Cualquier pequeño rumor se le antojaba un quejido sospechoso, todo movimiento entre los juncos, algún maléfico ser acechándole entre las sombras.

Esa noche duró mil siglos…pero como todo en la vida, también pasó… y fue bueno ver otra vez salir el sol por el horizonte.

Apenas la luz se abrió paso ante sus ojos se dispuso otra vez a continuar su marcha. “Siempre hacia el poniente”, le había indicado el hombre, “siempre hacia el poniente” repetía sin cesar como letanía que se recita, como mágica invocación, ante la adversidad.

Tras todo un día de andar, al fin alcanzó a ver la cueva. Tal como la había descrito el viajero, la caverna se alzaba sobre el precipicio que enmarcaba el límite del pantano…y hacia allí se dirigió, sin dudarlo…en busca de la magia que sirviera para destejer la tragedia de su infortunio.

Agrietándose los dedos hasta que su sangre manchara las piedras por las que debió ascender, con la convicción de quien mantiene firma la esperanza a pesar de todo, el joven consiguió por fin arribar a su destino.

(continuará)



EL AMULETO - Primera Parte



Primera Parte: Un claro objetivo


Llevando una pesada carga de leños sobre su espalda avanzaba como podía, entre rocas y espinos un pobre y harapiento muchacho. Bajo los fortísimos rayos de sol del mediodía el desgraciado se compadecía una y otra vez de su infortunado destino.

Solo desde los nueve, sobreviviendo como pudo y gracias a la caridad de la gente de su pueblo, el huérfano no conoció nunca el descanso ni la alegría que merecen los niños.

Desde siempre debió afrontar la soledad, el desamparo, las maldades gratuitas de los que se creen superiores, el desprecio hasta de quienes aspiran a santos, la incomprensión de los que se dan por sabios y se entretienen regalando consejos vanos.

Cansado ya de soportar lo insoportable imploraba al cielo que algo inesperado pusiera fin a su desgracia: algún generoso noble que pasara por aquellos caminos y se compadeciera de su pobreza, algún mago que lo hechizara para torcer el rumbo de sus días, quizás algún caballero que se apiadara y lo tomara como escudero…mil y una artimañas del destino intentaba imaginar para que, por fin, alguna vez le sonriera la suerte.

Casi había perdido ya las esperanzas de salir de pobre cuando una noche, luego de un día entero de cortar y traer leña desde el bosque, un viajero alentado por el sopor del vino que se prodiga para alejar viejos fantasmas, le confesó en forma fortuita, que alguna vez, conoció una hechicera que consiguió, gracias a sus artes ocultas, ayudarlo a alterar el rumbo de su vida.

Erizada la piel por la posibilidad de estar frente a la información que quizás lograra sacarlo de la extrema miseria en que vivía, el joven se ilusionó, de inmediato, con los detalles que aquel desconocido le brindara.

Resultó en principio complicado lograr descifrar las indicaciones que el ebrio le indicara para llegar a aquel sórdido lugar de brumas y peligros.

Más intrincado fue el camino que debió andar para vencer el recelo inicial de aquel que duda en dar información valiosa a quien no la merece.

El joven debió desplegar todo su ingenio, apelar a toda su astucia y aún a la compasión del viajero, para que aquel hombre se apiadara de su situación y decidiera confiarle los pormenores de su secreto.

Aquella noche no pudo dormir. Tan grande era su inquietud por llegar al sitio que le indicara su embriagado benefactor que sentía emocionado como su cuerpo entero presentía la inmediatez del vuelco que daría su vida.

Antes aún que amaneciera, el joven juntó sus pocas pertenencias, las dos o tres monedas que hiciera el día anterior por la venta de leña y muy decidido partió para enfrentar el giro de su destino.

Como un gesto íntimo hacia el rincón que lo viera nacer, el joven levantó su mano en alto saludando su pasado y dedicó, con cierta melancolía, una última mirada al pueblo que ya sentía como lejano.

Decidido a no perder el rumbo ni las ganas de alcanzar su cometido aquel pobre harapiento repetía mentalmente una y otra vez las instrucciones recibidas para localizar a la hechicera que, esperaba, lo ayudara a revertir su fortuna.

El camino era mucho más difícil de lo que había pensado, más peligrosos los inconvenientes que debió sortear, más inquietantes las personas que conoció durante la larga travesía. Hubo quienes quisieron estafarlo, gente que apenas se dignaron a dirigirle la palabra, algunos pocos comedidos que buscaron desalentarlo en su búsqueda y unos cuantos que se mostraron totalmente indiferentes antes sus consultas.

Muy pocas almas generosas le tendieron una mano en su adversidad. Ciertas personas lo ayudaron con algún mendrugo de pan, otros le obsequiaron algo de abrigo, pero afortunadamente hubo varios que le ofrecieron techo a cambio de algún trabajo que pudiera realizar.

Fue con ellos con quienes quedó más agradecido porque mientras cumplía las tareas que le solicitaron, fue adquiriendo algunas habilidades que, estimaba, le serían muy útiles en su nueva vida: a lo largote varios meses aprendió a trabajar la madera, adquirió nociones de herrería, se ejercitó como dependiente tras un mostrador, aprendió normas de comportamiento que fueron suavizando su falta de roce con la gente.

Pero a pesar que fue notorio su aprendizaje nunca dejó de tener bien en claro que su objetivo primordial seguía siendo encontrar la hechicera visionaria de la que le hablara el viajero.

Pasó bastante tiempo hasta que por fin el muchacho consiguió hacerse del equipo necesario para alcanzar su reto: la maga en cuestión vivía en un lejano pantano al que se accedía luego de sortear una alta cordillera. Por ello el joven debió reunir el dinero necesario para comprar algo de pertrechos para escalar y realizar el viaje.

Por fin llegó el ansiado día y otra vez, aquel que sólo sabía cortar leña en su pueblo natal, partía ahora muñido de un mínimo equipaje para soportar el frío, el hambre y la larga caminata.

(continuará)


lunes, 25 de enero de 2010

ARISTAS




(Si tenemos suerte)

De niños,

la vida nos suele ser

una auténtica sorpresa.

Un todo por descubrir,

una magnífica promesa…


más tarde,

nos siembra virtud

regando con pura belleza,

magia y ganas de revelar

nuestra propia fortaleza.


La juventud

plena en su desvarío,

ilusa, provoca fantasear

que solos, podemos andar

al ritmo de nuestras urgencias.


Los años

más tarde, suelen traer

los primeros desengaños

tristeza, y alguna soledad

que nos duele por traicionera.


Que nunca

detenga su inquietud

la Ilusión que habita por dentro

ella aguarda, esperando volar,

dando vida a nuevos ensueños.


La vida

se empeña en revelar

a su paso, mutables experiencias,

aristas de una misma Verdad

esperando ser descubiertas.



sábado, 23 de enero de 2010

SUEÑO DEL LITORAL




Bordeando el litoral

los recuerdos del isleño

se hacen bruma…

se hacen olvido…


Inundan las aguas

el crepúsculo

de los humedales

sombríos,

bebiendo la noche

luz de luna

que se espeja en el río.


Mecido por el Paraná

sueña el pescador

atrapar sin redes

su propio destino.


Nota:

recién ahora puedo cambiar y la música. Mis disculpas para quienes lo leyeron escuchando aún el tema de Divididos. Teresa Parodi resulta mucho más adecuado. Muchísimas gracias a todos los que me visitan.

Que tengan muy buen fin de semana.




viernes, 22 de enero de 2010

EN EL AIRE O EN LA TIERRA




A veces quisiera

no tener márgenes

ni espacio que me contenga.

Destruir límites,

erosionar barreras.


Lograr derribar

filtros y prejuicios,

diluyendo miedos,

destronando flaquezas.


Acabar en un soplo

las expectativas

que se nos imponen

desde afuera.


A veces quisiera

desandar el tiempo,

sentir energía nueva

fluyendo sin fronteras.


Conseguir elevarme

por los aires…

ser etérea otra vez, tenue,

ignorante de tristezas.


Otras, en cambio

con los pies sobre la tierra

me renuevo al sentir

que estoy viva, y es bueno,

al fin, lo que me rodea.



miércoles, 20 de enero de 2010

TODO ES GANANCIA




Todo es ganancia …

lo es, si pensamos

que al mundo, desnudos,

nacimos y arribamos.

Todo es ganancia:

la lluvia

el viento

el agua

y la nostalgia…

porque cada emoción

- aunque entristezca -

nos hace crecer el alma.


martes, 19 de enero de 2010

PARES Y NONES



(un absoluto delirio surgido de la más pura irresponsabilidad)


Dirán que es caprichoso…y sin duda lo es, pero para mí los números resultan ser más o menos “sosos” según sean pares o nones!

Por algún motivo que no logro descifrar (a lo sumo, se me ocurre decir que es puramente una cuestión de irracionalidad personal) los números pares se me antojan mucho más equilibrados que los impares, ajustados, mas estables si se quiere, y por lo tanto, los asocio con la seguridad que nos brinda lo conocido. Pero, por las mismas características, esa cuestión de inmovilidad me resulta al final, sinónimo de inexpresividad, falta de compromiso, casi una cobardía…dirán que es un absurdo pero cuando alguien elige un número par, inmediatamente se me ocurre pensar que esa persona no se anima a asumir grandes riesgos. Opta por lo más seguro, se define por mantener lo establecido no atreviéndose a intentar algo nuevo, algún detalle animoso que rompa el equilibrio de las reglas establecidas. Quizás lo asocie con el miedo contenido… timidez, tal vez, para enfrentar desafíos, o exceso de pudor para mostrarse frente a los demás… necesidad íntima de pasar desapercibido...

Sólo el número 2 (dos), entre los sosos números pares, se me antoja como algo más “jugado”, más expresivo. Símbolo de la pareja, enunciado básico de la naturaleza gregaria, manifestación primaria de la necesidad de anular la soledad, el número dos se impone a la individualidad del 1 (uno) con la contundencia del primer paso en sociedad frente a la inmensidad del mundo.

Le sigue en calidez dentro de los pares – siempre según mi humilde entender - el número 4 (cuatro). La única consideración que me surge aquí como justificativo para esta interpretación es que asocio este dígito con la idea de la “familia tipo” occidental impuesta como modelo asumido y aceptado por tantas décadas!...(sí, ya sé…esto colma la arbitrariedad de mis divagues pero es así! jajaja)

Siguiendo mis delirios sobre lo que algunos pueden asumir como caprichosa estética numeral (!) puedo aseverar que hoy por hoy considero que los números impares son mucho más interesantes que los insulsos y parejitos pares.

Los números nones (qué feita me suena la palabreja!) se podrían interpretar como poseedores de una personalidad mucho más definida, casi audaz: el número impar quiebra la cómoda simetría de sus ñoños compañeros y le otorga alegría, un acento particular que los revitaliza como cifra distintiva.

Cabe decir que en mis años “mozos” (anacrónica expresión que delata mis no pocos años) ante la pregunta ¿qué número elegís? solía optar por el ya elogiado numero 2 o para variar, por el 4 (por lo dicho, podrán determinar las características de mi personalidad por aquellos años)…en cambio, desde hace un tiempito he comenzado abiertamente a inclinarme por elegir los nones!...(es evidente que mi antigua tendencia a sostenerme dentro de las formalidades establecidas ha ido mutando hasta lograr hoy mayor desapego por lo seguro y previsible)

Pónganse a pensar y verifiquen, si a la hora de elegir una cifra que los identifique (excluyendo las que cuenten con una carga sentimental especial para cada quien), optan ustedes por un número par o en cambio, se inclinan por uno de los nones. Verán que, según sea su elección, ésta responde a las características ya mencionadas de cada personalidad….y si entienden que no es así…elaboren entonces su propia teoría! Jejejeje.



lunes, 18 de enero de 2010

NOSTALGIA ENLAZADA (actualización)




Enlazados

en la nostalgia,

trae la brisa,

suspiros de un tiempo que se fue.


Menudos trozos,

de recuerdos

malheridos,

aletean con palpitante vaivén.


Se entretienen,

en germinar

lo que está seco,

y renacen… de lo que casi ya no es.


------------------


Releyendo los versos anteriores se me ocurre jugar con la brisa ayudándola a remover las palabras.

De ese juego, si se quiere caprichoso, me han surgido, renovados, nuevos mensajes:

Enlazados, menudos trozos se entretienen…

En la nostalgia de recuerdos en (por) germinar…

Trae la brisa, malherido (s), lo que está seco…

Suspiros de un tiempo que se fue aletean con palpitante vaivén, y renacen…de lo que casi ya no es.



domingo, 17 de enero de 2010

LIBERTAD Y CONSECUENCIA




Dicen que somos mezcla de deseos y de codicias. Pero también he escuchado que los deseos son ataduras.

Para ser libre hay que conseguir eliminar de raíz el deseo. Se deja de ser esclavo de las cosas cuando no se las desea, por lo tanto, nadie que ansíe poseer, ser rico, ser dueño, decidir sobre el destino de otros, puede aspirar a ser libre.

Así las cosas, lo único que sería liberador es el deseo de esa libertad, que será más o menos posible en función de lo menos apegados que logremos ser, tanto a los bienes materiales como a las personas mismas.

Por lo tanto, me pongo a pensar y llego a la conclusión que tampoco sería deseable ser totalmente libre, ya que, considerando lo antes enunciado, la libertad absoluta implicaría el total desapego emocional. No sólo no odiar, sino tampoco amar…y eso, para mi modo de ver, sería casi un suicidio.


Nota1: aprovecho la oportunidad para agradecerles a todos sus constantes visitas, sus amables comentarios y su enorme paciencia para leer mis entradas, sobre todo cuando se trata de mis algo extensas trilogías.

Nota 2: sigo abusando de su amabilidad y les dejo el anlace para que visiten el flamante blog de mi hija Agus, quien hace apenas unas horas se nos ha sumado en esta apasionante aventura de bloguear en el ciberespacio (http://caramelosdepimienta.blogspot.com/)



sábado, 16 de enero de 2010

DESVARÍO



(inspirado en El metelíos, de E.Galeano)


Cuentan las leyendas que en un principio el bien y el mal vivieron separados, perfectamente definidos sus límites y propiedades.

Los dioses los habían formado para que todo en orden estuviese por siempre listo y preparado.

Pero surgió en un tiempo, un genio, desbordante de locura, que para divertirse quiso desmembrar las que habían sido firmes fronteras.

Se empeñó en confundir los extremos y mezclar lo que fueran opuestos. Por su voluntad y desatino a veces el sol se oscurece de pronto, la luna no muestra su cara y hasta el mar cae alguna estrella.

A veces por su cuenta y riesgo, nacen hombres que se sienten mujeres y mujeres que se tornan hombres. El abajo se convierte en arriba, el frente se trastoca en fondo. Por las locuras de este genio inquieto, la Naturaleza no respeta sus leyes y el Tiempo se detiene y no transcurre.

Los dioses entonces, deciden a actuar y vuelven a ordenar las cosas, restablecen las relaciones, respetan las jerarquías, conectan otra vez la lógica…pero siempre, más tarde o más temprano, suele reaparecer la locura… es por eso que los dioses se lamentan y quejan porque este mundo les resulta ingobernable.



jueves, 14 de enero de 2010

ESTE JUEVES UN RELATO: “Mitos”


Para esta nueva convocatoria del amigo Tésalo, decidí desempolvar algo publicado hace ya bastante en uno de mis viejos espacios.

La primer parte, es un breve texto de Eduardo Galeano en el que habla de un mito en el antiguo Egipto sobre el origen humano. Luego de una nota complementaria, escribí algunos versos que surgieron sumando básicamente esas dos primeras ideas.


DE LÁGRIMAS SOMOS

Antes de que Egipto fuera Egipto, el sol creó el cielo y las aves que lo vuelan y creó el río Nilo y los peces que lo andan y dio vida verde a sus negras orillas, que se poblaron de plantas y de animales.

Entonces el sol, el hacedor de la vida, se sentó a contemplar su obra.

El sol sintió la profunda respiración del mundo recién nacido, que se abría ante sus ojos, y escuchó sus primeras voces.

Tanta hermosura dolía.

Las lágrimas del sol cayeron en tierra y se hicieron barro.

Y ese barro se hizo gente.

(E. Galeano)


Nota:

para los antiguos egipcios, la miel está hecha con lágrimas de Ra (el dios sol) regaladas a los mortales. En concusión, podríamos decir que según esa mitología los seres humanos estaríamos hechos de tierra y miel..o sea, de un barro muy particular.



POLVO Y MIEL

De tierra y miel

así nacimos

el sol al llorar

nos dio su alma

y surgimos mezcla

de polvo y dulzura

de opacidad y luz

de brillo y sustancia.

Somos parte

del barro esencial

que sobrevive

mil generaciones.

Materia mortal mezclada

con lágrimas de dioses.

No más especial

No menos importante.



lunes, 11 de enero de 2010

CIELO Y PELLEJO




Cada cual con su cielo

su infierno y su pellejo

hace lo mejor que puede.


Los consejos, no son siempre sanos...

la experiencia, no se transfiere.



sábado, 9 de enero de 2010

REMEMORANDO!



Para quienes tengan ganas de rememorar los viejos juegos de la infancia, los invito a pasar por el blog del sur. No se olviden de traer risas, colores, caramelos y chocolates!