miércoles, 27 de marzo de 2024

CADA JUEVES, UN RELATO: BAJO EL MAR

A partir de un cuento ya editado, cambiando varios elementos y el final (que nada tiene que ver con el original), me sumo con este relato a la convocatoria juevera de esta semana que Mag nos deja desde su Trastienda. Dar clic aquí para leer la consigna y todos los aportes.


BAJO EL MAR

En el fondo del mar, entre las ruinas de su vieja ciudad olvidada y sumergida, la estatua de un bello Poseidón ve transcurrir los siglos semienterrada en su ostracismo de arena barrosa. Las glorias de otros siglos yacen olvidadas junto a él y a su templo abandonado.

Arriba, en el viejo muelle de un pueblo de pescadores, amarrado desde hace meses, un velero añoso descansa su destartalado esqueleto de madera y cuerdas. El viejo bergantín presiente que el fin de sus días se acerca y quizás por eso, la silueta de su mascarón de proa luce resquebrajada y somnolienta. Pese a todo, la talla de sirena conserva aún la gracia de sus formas, el encanto de las curvas de sus cabellos ensortijados extendiendo su libertad a los cuatro vientos y el recuerdo de incontables aventuras latiendo frescos aún en su corazón.

Vientos furiosos del oeste anuncian tormenta. Rayos y truenos hacen estremecer el cielo e iluminan los oscuros nubarrones. Como si el destino la impulsara, una fuerte descarga eléctrica atraviesa de cuajo el bauprés, haciendo caer al agua la bella sirena tallada. La grácil figura se precipita al mar con un quejido seco, conteniendo su dolor al tiempo que intenta equilibrarse en su caída. Su cuerpo de madera labrada se hunde lentamente arrastrada hacia el fondo del mar bravío.

Al fin, siente su cola escamada enterrarse en el barro arenoso del suelo marino. La oscuridad es tan grande como el silencio que la rodea. Por suerte. a los pocos minutos la tormenta en la superficie se disipa y unos rayos de sol diluido logran llegar hasta las profundidades.

Grande resulta ser la sorpresa de la sirena al ver que no está sola en aquel cementerio de barcos y rocas: una deidad pétrea la contempla entre algas y corales. El Poseidón de mármol la escudriña obnubilado mientras comienza a despertar de su letargo infinito. Algo en él renace después de tantos siglos dormido. Con majestuosidad inaudita el dios sumergido comienza a moverse hacia ella extendiendo su tridente con gesto magno.

La sirena, temblorosa, ansía que la belleza de sus tallas logre conmover al gigante y la impregne con algo de la vitalidad que en él se halla. De repente, un destello abrasador es lanzado hacia su figura, pulverizándola por completo.

Con gesto displicente y mucho de soberbia el Poseidón quisquilloso masculló para sus adentros: -¡por qué no habrá sido un Adonis!-


32 comentarios:

  1. Es que son dioses Griegos.... ellos son asi de quisquillosos en ese tipo de "materias".

    Je je, GRAN FINAL.

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    1. Jaja muy justificable entonces la actitud del dios, es que sobre gustos.... Muchas gracias por leer José. Un abrazo

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  2. El relato resulta de lectura muy fluida y muy en sintonía con el espíritu mitológico griego. Además me gustó porque va desarrollándose hacia un final sorpresivo.
    Saludos.

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    1. Muchísimas gracias Osvaldo. Valoro tu visita y comentario. Un abrazo

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  3. Los dioses griegos siempre tan prepotentes, pues seguro que la sirena le alegra los días. Un abrazo

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  4. Gran destreza descriptiva, tu relato se ve y entretiene. Ahí radical su valor. Incluye frases que inspiran...
    Abrazo hasta vos!!

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    1. Muchísimas gracias Carlos. Me alegra que te haya entretenido. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención

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  5. Te agradezco que lo hayas reformado, para poder leerlo, el original se me escaparía.
    Me ha gustado mucho.
    Besos

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  6. Me alegra y te agradezco Tracy. En el original, la estatua era un Adonis y el romance entre la sirena y la estatua estaba sugerido. Un fuerte abrazo

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  7. Ese final es de vértigo. Poesidón no era amante de la belleza femenina, qué mal para la sirena :-)

    Un abrazo

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    1. Pobre, se quedó sin jugar con el tridente! Jaja gracias por leer, Albada. Un abrazo

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  8. ¡Pobre sirena! En lugar de morir en tierra junto al barco por el que ha velado tanto tiempo, muere bajo el mar, su verdadero origen.

    No me esperaba ese giro para nada. Creía que se enamorarían y comerían perdices ^^

    ¡Muy bueno!

    Un placer leerte.

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    1. Jaja gracias Rebeca. Me alegra haber sorprendido con el giro final. De eso se trataba el reto. Un abrazo y muchas gracias por leer con atención

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  9. Poseidón y la sirena compiten por el mismo Ulises y en esa lucha no hay color.

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    1. Jaja muy cierto Julio. En ese terreno, todo es respetable. Un abrazo y muchas gracias

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  10. Tu relato me produce imágenes vividas y puedo ver las esculturas en madera, y al furioso Dios porque no lo llego lo que esperaba. Bien narrado.

    Lucy Ferro
    Minotaurita

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    1. Bienvenida, y muchas gracias Lucy. Me alegra que lo encontrarás bien narrado. Un abrazo

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  11. Hola Mónica, excelente tu relato, muy bien contado, con un ritmo que es placentero leer, el final me sorprendió sin dudas pues nunca me lo hubiera imaginado, te felicito, realmente es muy bueno.
    Un abrazo
    PATRICIA F.

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    1. Celebro haber conseguido un final inesperado. Me alegra que te gustara. Un abrazo y muchas gracias por la atenta lectura

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  12. Sorpresivo final haciédote eco de las premisas de la convocatoria. La pobre sirena no tuvo tiempo de congeniar cone el prepotente Poseidón. No sé muy bien porqué pero me ha venido a la memoria el final de "Con faldas y a lo loco" cuando uno de sus protagonistas le dice a su compañero: "Soy un hombre" y su compañero responde aquello de.... "Nadie es perfecto".
    Tal ve Poseidón podría haber hecho una excepción en sus apetencias sexuales.
    Un abrazo.

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    1. Sobre gustos, no hay nada escrito jeje. Muchas gracias Pepe por tu amable comentario. Un abrazo y felices pascuas

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  13. Pero entonces, ¿ todas las sirenas son chica? Que especie más reduccionista... Con la cantidad de géneros que hay ahora. Tampoco creo que Posi estuviera muy al día.
    Me supo mal por la sirena, ya no hsbr posibilidad de conocer sus aventuras.
    Desde luego que el despertar y el interés del rancio de Poseídon no auguraban este final.
    Besosss , Monica

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    1. Siempre es divertido contar con tus originales acotaciones. Un abrazo y muchas gracias Gabi

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  14. ¡Menudo final! No solo para la pobre sirena, que ya ves tú lo bien que estaba ella con el otro dormido, sino también para él, con el disgusto que llevaba, ¿o no es tal disgusto? Me ha quedado una duda, es que Poseidón sentía cierta atracción hacia lo masculino o es que deseaba deshacerse de Adonis? ¡Ahí lo dejo!
    Es muy bonita tu prosa, Moni, muy visual. Yo la he disfrutado mucho :-)
    Un besote enorme y mil gracias por participar con un texto tan bonito.

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    1. Hola Mag! Ese posible ángulo no lo había considerado! Podría bien haber sido el deseo de venganza lo que motivó la frase de Poseidón, tal vez hubiera algún asunto previo que lo hizo reaccionar de esa forma. Pero confieso que sólo pensé en su eventual atractivo hacia lo masculino lo que me hizo escribirlo jajaja. Un abrazo y muchas gracias por conducirnos. Besotes y feliz pascua

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  15. Es bonito pensar que los viejos mascarones de madera conserven en cierto modo el alma de sus barcos y tengan conciencia propia! Que lástima, la pobre sirena!! Los dioses siempre son implacables! Un abrazote Noe!

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    1. Implacables. Muy cierto. Se nos parecen demasiado! Jeje. Un abrazo Marifé. Muchas gracias por leer con atención.

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  16. Has logrado que el relato trascienda líneas y párrafos para situar la experiencia del espíritu de la sirena en la mente del lector, contemplando paso a paso lo que sucede como si fueses testigo directo. Ese Poseidón engreído no sabe lo que se pierde.
    Y menciono lo del espíritu porque en realidad estás hablando de un mascarón de proa, pero este es especial pues recoge (como apunta Marifelita) el alma de su barco.
    Enhorabuena Neo!
    Un abrazo.

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    1. Muchas gracias, Marcos. Muy detallada tu interpretación. Me alegra que te gustara. Un abrazo y felices pascuas

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  17. Qué bonito cuento mitológico nos has dejado, ¿como no pensar que esas sirenas existieron de verdad, por qué no?
    No solo pueden ser objetos que embellezcan un navío. Besotes muchos.

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    1. Intenté darle un giro impensado al clásico cuento romántico. Espero haberlo logrado. Un abrazo Campi

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