Hola a tod@s!
esta semana la amiga Mar, desde su blog La Bitácora, nos propone hablar de Cocina y experiencias culinarias, por falta de inspiración fresca recurro a reeditar un texto que tal vez algun@s recuerden y que espero disfruten. Pasar por aquí para leer todos los textos jueveros que participan de la convocatoria.
esta semana la amiga Mar, desde su blog La Bitácora, nos propone hablar de Cocina y experiencias culinarias, por falta de inspiración fresca recurro a reeditar un texto que tal vez algun@s recuerden y que espero disfruten. Pasar por aquí para leer todos los textos jueveros que participan de la convocatoria.
(imagen tomada de la red)
Conoce y domina en profundidad la
delicadeza de la gastronomía de sus ancestros, deleita -a quien la observe
cocinar- con cada gesto durante la preparación
de sus hazañas culinarias. Cuidadosa, detallista, selectiva. A la hora de
definir su menú agudiza sus sentidos para percibir la inspiración que el estado
de afinación de su espíritu le aconseja para cada ocasión.
Jugos, sabores, aromas y texturas
combinados con la excelencia que sólo dominan los grandes chefs, excitan al
comensal apenas descubrir frente a si cada una de las exquisiteces que surgen de
su cocina. Ella lo sabe y se enorgullece por su arte.
Mientras se concentra en la sazón
de las salsas y en la elección y fileteo del pescado del plato principal, no
deja de pensar en la creativa combinación de aromas que conseguirá para esa
singular cena a la que sólo asistirá un único invitado. Se complace con la
ambientación que logrará mediante la profusión de velas, la sutil presencia de un
ikebana de flores blancas en el
centro de la mesa anunciando el paraíso de degustación que sobrevendrá con el
correr de la noche. La refinada mantelería enmarcando la exótica vajilla
convenientemente dispuesta, serán los únicos testigos de la extravagante cena
en la que piensa dejar aflorar sin tapujos la lujuria combinada de sus más increíbles
manjares.
Todo está cuidadosamente
equilibrado, todo ha sido puntillosamente planeado. Las finas hierbas, los
nabos, los moluscos, las hojas frescas de rizada presencia. Las algas, las
raíces de loto, la masa de arroz, el fugu
fileteado convenientemente infectado con el veneno de sus entrañas para
provocar el colapso inmediato de su detestable convidado… Todo justamente
calculado para disimular sus verdaderas intenciones detrás de una exquisita conjunción
de sabores.
Paladea por anticipado el momento
de su liberación, ese en el que de una vez y para siempre pondrá fin a la
tortura insoportable de estar atada a su indeseado marido, millonario –sí- pero
anciano, decrépito y falso “entendido” en alta cocina oriental a la que sólo simula
valorar como estrategia de complacencia conyugal.